SCJN: alertan riesgos por eliminación de salas e inexperiencia de nuevos ministros
El pasado 1 de junio, millones de mexicanos hicieron historia al votar para elegir a los nuevos miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que ahora, tras la reforma judicial, reduce su tamaño de 11 a 9 ministros. En un giro inesperado, el abogado mixteco Hugo Aguilar Ortiz se coronó como el próximo presidente de la Corte, liderando la votación con más de 6 millones de votos.
La Corte actual despedirá su mandato el 31 de agosto, y desde el 1 de septiembre dará la bienvenida a una nueva generación de ministros, donde Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz serán ratificadas. Los puestos restantes serán ocupados por María Estela Ríos, Giovanni Azael Figueroa, Irving Espinosa, Arístides Rodrigo Guerrero y Sara Irene Herrerías.
A este respecto, Arturo Boisseauneau Pastor, abogado y maestro en la Escuela Libre de Derecho, destaca que muchos de los ministros que integrarán la nueva SCJN no son de carrera judicial. “Esperamos que puedan enfrentar la curva de aprendizaje de la manera más eficiente posible (…) la que menos afecte al ciudadano que está buscando acceder a la justicia y que va a resentir este cambio”, advierte.
Con la reforma judicial, se pasa de un periodo de 15 años a uno de 12 en funciones. Además, antes la SCJN se dividía en dos salas: una encargada de asuntos civiles y penales, y otra de temas laborales y administrativos. Hoy esa división desaparece y todos los asuntos deberán ser resueltos por el pleno. Así, los 9 ministros tendrán que conocer y resolver todos los casos en conjunto.
Boisseauneau advierte que esto generará una sobrecarga de trabajo que podría derivar en un mayor rezago en la resolución de asuntos. Los nuevos ministros también deberán resolver expedientes en trámite sin conocer a fondo su historial.
Baja participación ciudadana: un problema qué atender
Jorge Nader Kuri, socio en Nader Abogados S.C., expresa que la elección judicial se enfrentó a varios desafíos importantes. El primero, fue tener que ajustarse a un diseño normativo “apresurado y poco reflexivo”, que, según sus palabras, “dejó mucho que desear en términos de asegurar que los mejores perfiles estuvieran presentes en la boleta electoral”.
El segundo desafío fue de carácter electoral, vinculado a la dimensión instrumental del proceso. “No se trataba nada más de llevar determinados candidatos a las urnas y a una elección, sino de que se lograra que la ciudadanía se involucrara en estas elecciones y acudiera a votar, lo cual tampoco se logró”, señala.
El INE reportó que la participación ciudadana en las votaciones fue de apenas 13%, con solo un total de 12.8 millones de personas que votaron.
A este respecto, Nader Kuri, socio de la Barra Mexicana de Abogados, señala que es necesario implementar acciones más focalizadas para promover una verdadera cultura judicial en la ciudadanía, “de modo tal que, así como la inmensa mayoría estamos acostumbrados a votar por nuestros representantes, de la misma manera salgamos a votar por nuestros jueces”.
Nader Kuri considera que este proceso debe reflexionar de manera profunda sobre los ajustes necesarios, comenzando por el ámbito normativo, lo que implica revisar y modificar tanto la Constitución como las leyes secundarias.
Posteriormente, señala la importancia de realizar cambios en el plano operativo, particularmente en lo que respecta a la forma en que el INE organizará estas elecciones en el futuro, considerando elementos clave como el presupuesto, la logística, la movilización y los distintos apoyos requeridos para su adecuada implementación.
Retos y mejoras por delante para fortalecer el poder judicial
Pese a que Nader Kuri “se siente optimista” con los ganadores, y considera valiosa su pertenencia a sectores poco habituales para la justicia tradicional, especialmente en protección de derechos humanos y en juzgar en tribunales diversos, señala que uno de los retos centrales es fortalecer los requisitos para ocupar un cargo en el Poder Judicial.
Considera insuficiente ser egresado de la carrera de derecho, contar con un promedio mínimo y cartas de recomendación, pues ello no garantiza la especialización necesaria.
“Que se garantice que quien se siente en una silla a impartir justicia tenga todas las cartas credenciales para hacerlo”, destaca el especialista.
Otro punto clave es la conformación y operación de los comités de evaluación, encargados de definir qué perfiles llegan a las boletas. Nader Kuri destaca la necesidad de establecer criterios claros, mecanismos de rendición de cuentas y vías de impugnación.
Cabe recordar que varios de los candidatos al poder judicial en distintos estados del país no solo carecían de la preparación adecuada, sino que algunos de ellos estaban vinculados a casos de corrupción e, incluso, hubo participación de personas con antecedentes penales.
Por último, sugiere la creación de un mecanismo ciudadano de evaluación del desempeño judicial.
La SCJN antes y ahora: Un cambio de paradigma
Tradicionalmente en México, la designación de ministros de la SCJN era una facultad unilateral del presidente de la República, con una ratificación por parte del Senado. Sin embargo, el nuevo mecanismo, que implica la elección popular, representa una apertura a la participación ciudadana y una renuncia de la presidencia a esa discrecionalidad.
Por ejemplo, durante su conferencia mañanera del martes 3 de junio, la presidenta Claudia Sheinbaum señaló que “la Constitución tiene una parte de preferencia para las mujeres”.
Sin embargo, la presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei la desmintió señalando que la reforma es muy clara: “El que obtenga la mayor votación será quien presida los primeros dos años y de manera subsecuente los que hayan quedado en los lugares siguientes”.
La SCJN vinculada a otros procesos
Jorge Nader valora el cambio en la designación de ministros por el voto popular, sin embargo, manifiesta reservas respecto a extender este mecanismo al resto del Poder Judicial.
Por su parte, Arturo Boisseauneau enfatiza la elección del 2027, donde se disputará la otra mitad de los cargos judiciales no elegidos en este junio, junto con diputaciones federales y locales, gobernaturas y municipios en todo el país. Por lo que es crucial que los problemas recientes “no contaminen” esos procesos y que desde ahora se trabaje en mejorar el sistema.
Boisseauneau también refiere que la SCJN saliente aún tiene una responsabilidad clave antes de concluir su periodo: resolver las impugnaciones sobre las magistraturas del Tribunal Electoral. Aunque el resto de los conflictos electorales los resuelve el propio tribunal, es la Corte la que define en última instancia la integración de su Sala Superior.
Finalmente, hace un llamado a la Corte para pedirle “que haga una última labor conforme está en la Constitución y que lo haga de la mejor manera, porque en eso queda la salvaguarda de los derechos de las personas como ciudadanía votante. Que efectivamente su voto sea respetado y sea contado por igual”.
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