Después de la renuncia de Germán Martínez como director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló este miércoles que el chiapaneco Zoé Robledo lo sustituirá al frente de la institución.

“Ya está el sustituto. Va a ser Zoé Robledo el próximo director del Seguro Social, le tengo toda la confianza, experiencia. Es un profesional, politólogo, fue diputado federal, senador, es subsecretario de Gobernación, es un hombre progresista, honesto”, dijo el mandatario en su conferencia matutina.


Zoé Robledo, de 40 años, es el actual subsecretario de Gobernación, ha sido diputado local y estudió Ciencias Políticas en el ITAM y una maestría en Derecho en la UNAM.

En 2008, recibió el Premio Nacional de Periodismo por la cobertura de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

En 2010, Robledo se postuló a su primer cargo público: una diputación local de Chiapas respaldado por la coalición PAN-PRD-PANAL y Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano). Al año siguiente, fue elegido presidente del Congreso.

El también hijo del exgobernador de Chiapas, Eduardo Robledo Rincón, fue coordinador de la campaña presidencial de López Obrador en 2012.

“El gobierno se está adaptando, hay nuevas reglas, pero el cambio de régimen es lo que me parece más relevante en términos de lo que se ha planteado como una Cuarta Transformación”, declaró el pasado 20 de mayo al participar en el congreso ‘Análisis de las políticas públicas del gobierno federal 2018-2024’.

‘Injerencia perniciosa’

Ayer en una carta Germán Martínez presentó su renuncia al IMSSy acusó que “algunos funcionarios de la Secretaría Hacienda tienen una injerencia perniciosa” en la institución.

El funcionario aseguró que aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador proclamó el fin del neoliberalismo al inicio de su administración, “en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal y un rediseño institucional donde importa más el ‘cargo’ que el ‘encargo’”.

Para el funcionario de 51 años, el control del gasto en el IMSS tiene dos consecuencias: “una directa para el IMSS: pasillos de espera llenos de personas adoloridas y mal trato o retraso en la atención a pacientes; y un segundo efecto indirecto todavía peor: el fortalecimiento de los servicios de salud privados, que ocasionará mayor ‘gasto de bolsillo’ de las familias cuando sus seres queridos tengan un padecimiento”.

“Ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud es inhumano. Ese control llega a escatimar los recursos para los mexicanos más pobres”, aseveró Martínez.