¿Por qué es ilegal condicionar la participación en el paro del 9 de marzo?
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¿Por qué es ilegal condicionar la participación en el paro del 9 de marzo?

 

 

Por: Liz Cervantes y Alejandro Juárez

  Las empresas que condicionen la participación de sus empleadas en el paro nacional de mujeres del 9 de marzo pueden enfrentar denuncias ante el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) o el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, según las leyes mexicanas vigentes.

Tras el lanzamiento de la convocatoria #UnDiaSinNosotras, en protesta por las condiciones de violencia y desigualdad de género, algunas organizaciones del sector privado se sumaron a la iniciativa.

Sin embargo, previo a la manifestación programada un día después del Día Internacional de la Mujer, algunas empresas amenazaron a sus empleadas para evitar que se sumaran a la convocatoria nacional.

Esta actitud “de amedrentamiento y amenaza” incurre en diversas violaciones a los derechos establecidos en la Constitución de México, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y la Ley Federal del Trabajo, explican expertos consultados por EL CEO.

“Es una cuestión de discriminación por género. Para atender el problema desde esa perspectiva está la Conapred. Aunque también puede sancionarse desde el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje”, dice Cristina Reyes, abogada de la organización civil México Unido Contra la Delincuencia (MUCD).

Para Alfonso Bouzas, investigador de la Universidad Nacional Autónoma México (UNAM), este tipo de mensajes condiciona la libertad de expresión, asociación, agrupación y de manifestación de las ideas.

“La amenaza va en contra de la dignidad en el trabajo. Los derechos del empleador le permiten descontar un día de salario, pero otras acciones punitivas violarían la Ley Federal del Trabajo”, explica el experto.

Uno de los detonantes para la movilización del 9 de marzo es el incremento de los feminicidios en México. Entre 2017 y 2020, los asesinatos de mujeres por cuestión de género pasaron de 7 a 10.5 al día, según la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).

Tan solo en enero pasado, se reportaron 320 delitos de este tipo en el país, de acuerdo con las últimas cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

No obstante, la movilización también denuncia la desigualdad de género en los ámbitos económico, de acceso a la justicia, así como en el ámbito privado-personal.

Ausencia condicionada

Tras la convocatoria al paro, alguna empresas y organizaciones emitieron comunicados en los que indicaron entender el contexto de violencia y el sentido de la manifestación.

Debido a esto, se “sumaron” y en algunos casos prometieron “no tomar represalias” en contra de las trabajadoras que quisieran ausentarse de sus labores el próximo lunes.

Pero en lo privado, algunas se retractaron y con mensajes contradictorios o amenazantes intentaron convencer a las mujeres de hacer caso omiso de la convocatoria.

Laura es una ingeniera que trabaja en Adfoams, empresa de manufactura de la industria automotriz ubicada en Tepotzotlán, Estado de México.

Según su testimonio, el 80% del capital humano de la empresa son mujeres, de las cuales el área encargada de embalaje de productos comenzaron a preguntar al personal de recursos humanos de la empresa sobre su postura en torno al 9 de marzo.

La respuesta que recibieron de la dirección y el departamento de recursos humanos fue que si faltaban se les descontaría el día. “Y pues ya nadie quiso faltar”, dice Laura.

Otro caso es el de Sara, una licenciada en Química que trabaja en Grupo Biomep, un grupo farmacéutico “100% mexicano, dedicado a la fabricación de medicamentos y suplementos alimenticios”, indica su página web.

La empresa envió a los trabajadores un comunicado interno en el que llamaban a reflexionar sobre otras formas de apoyar el movimiento.

“A todos nuestros colaboradores les invitamos a trabajar con respeto, equidad y humanidad, valores que deben prevalecer y a participar en un paro simbólico de actividades en cada una de las áreas de la empresa (si tu actividad te lo permite) de las 11:35 a las 11:45 en signo de protesta contra la violencia de género”.

El laboratorio O´Hervanario envió a las y los coordinadores de área un correo electrónico comunicando que, por el giro de la empresa, no se podía autorizar la inasistencia de las colaboradoras.

La justificación: “como estamos haciendo medicamento, estamos influyendo directamente en la salud de las personas”, comentó Raquel.

Empresas  de gran tamaño tampoco garantizaron no actuar con represalias sobre las trabajadoras que decidan ausentarse. 

La periodista Peniley Ramírez documentó avisos o “guías” internas entre empresas para desincentivar la inasistencia el 9 marzo. 

El llamado a paro 

El 18 de febrero, la organización feminista Brujas del Mar lanzaron una convocatoria para detener las actividades de las mujeres trabajadoras el 9 de marzo, en protesta por el contexto de violencia y desigualdad, en la economía, el acceso a justicia, y en el ámbito privado-personal. 

La convocatoria de #UnDiaSinNosotras, que fue secundada por otras organizaciones feministas pide que las mujeres faltar a sus actividades para dar un mensaje sobre la ausencia de las víctimas de feminicidio, el indicador que crece con más velocidad. 

El segundo objetivo es que las mujeres no realicen sus actividades productivas remuneradas, las no remuneradas, de consumo, para mostrar la importancia de la participación femenina en la economía.

Solo el trabajo no remunerado correspondiente a las labores domésticas y de cuidados asciende a 5.5 billones de pesos, es decir al 23% del PIB nacional.

En tanto, el trabajo no remunerado encaminado a la producción de bienes de autoconsumo como autoconstrucción, corte o recolección de leña, producción de alimentos y crianza de animales representa 1.6% del PIB, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

#UnDiaSinNosotras es la iniciativa con mayor alcance del movimiento feminista en México.

Un antecedente internacional de este movimiento se remonta a 1975, cuando el 90% de las trabajadoras islandesas se pusieron en huelga, en exigencia de igualdad de género.

Se conoció como Día libre de las mujeres. Según reportes periodísticos, la protesta cambió la percepción sobre las mujeres en el país y ayudó a situarlo a la vanguardia de la lucha feminista.

En la actualidad, el parlamento de Islandia está compuesto 50% por mujeres, y en mayo de 2017 se convirtió en primer país en aprobar una ley que prohíbe pagar diferente sueldo a hombres y mujeres en razón de su género.

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