A primera vista, la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador es ‘a prueba de balas’, pues ni la perspectiva de un menor crecimiento económico para el próximo año ni los crecientes niveles en seguridad parecen afectarla.
Sin embargo, al mirarla con atención se aprecia que la alta esperanza que la ciudadanía fincó en él desde su triunfo electoral en julio de 2018 ya se está transformando en desilusión y en una creciente desaprobación a su administración.
La opinión positiva sobre Andrés Manuel López Obrador se ubica en 51.1%, muestra un seguimiento sobre la confianza en el presidente y la aprobación sobre su gobierno publicado por la firma de análisis Gabinete de Comunicación Estratégica, el 17 de octubre.
En cambio, la mala o muy mala opinión sobre el tabasqueño se ubicó en 19%, de acuerdo con la encuesta. Este es el nivel más alto en el rubro desde que el mandatario asumió la administración federal, aunque sigue siendo menor a la opinión desfavorable que tuvo durante la transición gubernamental.
El respaldo a la forma de gobernar de López Obrador también tocó en octubre su nivel más bajo en lo que va de la administración (63.8%), mientras que 33.4% de la población encuestada se declaró en desacuerdo.
De continuar esta tendencia, es posible que López Obrador llegue a su primer año de gobierno con una aprobación superior a los 60 puntos, desde los más de 80 que tenía al comenzar su gobierno, dice Adrián Villegas, coordinador general de investigación y desarrollo de la encuestadora Gabinete de Comunicación Estratégica.
Vamos viendo a lo largo de las encuestas que baja la aprobación y va subiendo la desaprobación. Hay un declive lento, pero lo hay
De acuerdo con el sitio Oraculus.mx, que reúne y agrega los resultados de las principales encuestas públicas de aprobación presidencial, AMLO mantiene una popularidad de 73 puntos.
Este número está por debajo de los que registró en los primeros cuatro meses del año, aunque se mantiene relativamente estable desde mayo.
“Tiene que ver con la credibilidad del mensajero: AMLO goza de altos niveles de popularidad; cuando se le pregunta a la opinión pública si cree en sus mensajes, el porcentajes es mayor al de muchas instituciones”, considera Paul Valdés, director de la consultora Parámetro.
Para el especialista, la imagen del tabasqueño entre la población y el control de la agenda mediática que tiene gracias a las conferencias matutinas que ofrece diario en Palacio Nacional son dos factores que ‘blindan’ sus niveles de aceptación en el corto plazo.
López Obrador está ‘vacunado’ contra los vaivenes de la economía y de la inseguridad
Sin embargo, considera que estos factores tendrán un papel fundamental sobre la percepción que tienen los mexicanos de su gobierno en el mediano y largo plazo.
Seguridad, lo que más preocupa
La inseguridad es percibida como el principal problema que enfrenta el país y la actuación del gobierno no ha dado los resultados prometidos a su llegada.
El propio López Obrador, que comenzó su administración con la promesa de un cambio de estrategia que traería paz al país en tres años, ha aceptado en más de una ocasión que su estrategia de seguridad todavía no da los resultados deseados, aunque se muestra confiado en que dará buenos resultados en el futuro.
Este año se han abierto más carpetas de investigación por delitos del fuero común que nunca antes, en todas las categorías contempladas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y se encamina a convertirse en el de más homicidios dolosos en la historia.
Sin embargo, la percepción de inseguridad en zonas urbanas hiló en septiembre su segundo trimestre a la baja, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Uno de los factores que abona a esto es la narrativa de combate a la corrupción y al crimen organizado desde el comienzo de la administración, coinciden Villegas y Valdés.
El anuncio de la estrategia al robo de combustible, el 27 de enero, por ejemplo, llevó al presidente a sus máximos niveles de popularidad.
“En tanto la gente perciba combate a grupos criminales y existan eventos mediáticos o actos del gobierno en esta materia, se va a mantener su credibilidad”, dice Valdés.
Los hechos de violencia ocurridos en Culiacán, Sinaloa, el 17 de octubre, derivados de un operativo en el que fuerzas federales aprehendieron y luego liberaron a Ovidio Guzmán López – hijo del capo Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y uno de los líderes del Cártel de Sinaloa – pueden elevar la desaprobación hacia el presidente y el gobierno en las próximas encuestas, coinciden los expertos.
Un evento como el ocurrido en Culiacán forzosamente tendrá una repercusión en la imagen del presidente. En las encuestas que se van a hacer cuando esté más cerca de su primer año, se verá si hay un descenso, que sería normal
Villegas.
Tras la liberación de Guzmán el jueves pasado, 54.1% de los mexicanos se mostraron en desacuerdo con la decisión de las fuerzas federales, de acuerdo con una encuesta telefónica realizada por Gabinete de Comunicación Estratégica.
En el mismo sentido, la firma Consulta Mitofsky publicó una encuesta en la que 48.1% de los participantes no residentes en el estado de Sinaloa tuvieron una mala opinión de Andrés Manuel López Obrador, frente a 50.9% que la mantuvieron o mejoraron.
En Sinaloa, 68.5% mejoraron o mantuvieron una buena opinión del presidente y solo 30.1%, que esta empeoró o siguió siendo mala.
Esperanza vs. bolsillo
La perspectiva de un estancamiento económico en México tampoco hace mella en la popularidad de AMLO, aunque de seguir por la tendencia, podría cobrarle varios puntos de respaldo.
Este mes, el Fondo Monetario Internacional redujo el pronóstico de crecimiento para la economía mexicana a 0.4%, desde el 0.9% que estimó en julio. Para el año próximo, se espera que el aumento sea de 1.3%, desde el 1.9% anterior.
La brecha entre la percepción y la realidad, sobre todo en economía, poco a poco se va a reflejar en el bolsillo de las personas. En ese momento va a caer la popularidad de AMLO, pero no va a ser una caída abrupta
, considera Valdés.
De acuerdo con Villegas, las dificultades económicas por las que atraviesa el país se comienza a reflejar en preguntas que no siempre se publican en las encuestas, como si las personas llegan cómodamente o no al final de la quincena, o si se han visto en la necesidad de pedir dinero prestado.
“Lo que vemos en esas métricas es que las personas cada vez dicen más que les cuesta trabajo llegar a la quincena”, asegura.
Pero con todo, la gente se sigue mostrando más optimista respecto a la situación económica que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, comenta.
El Índice Nacional de Confianza del Consumidor aumentó en septiembre tres puntos respecto al mismo mes de 2018 y un punto respecto a agosto de este año, muestran datos del INEGI.
Desde que se anunció el triunfo de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, en julio del año pasado, la confianza de los consumidores mexicanos repuntó de manera considerable: 6.9 puntos respecto al mismo periodo del año anterior y 1.1 puntos respecto a junio.
Esa racha lo acompañó durante todo el periodo de transición y tocó su punto más alto en marzo de este año, reflejan datos del INEGI.
La última vez que la confianza del consumidor registró niveles tan altos fue en 2007, primer año de gobierno del panista Felipe Calderón.
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Y la expectativa de tiempos mejores también se ha incrementado. Desde julio de 2018, los consumidores han mostrado mayor esperanza de tener una mejor situación económica en los próximos 12 meses que durante prácticamente los dos sexenios pasados, muestra el INEGI.
Sin embargo, es necesario considerar que al medirse como porcentaje, el nivel de confianza entre los consumidores mexicanos sigue siendo bajo, pues no llega a 50 puntos de los 100 posibles.