La Secretaría de Gobernación realizará una consulta en Mexicali sobre la construcción de una planta cervecera de Constellation Brands, pese a que la obra tiene varias inconsistencias técnicas y quejas de los habitantes por el desarrollo industrial.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo el lunes que el ejercicio se realizará el 21 y 22 de marzo, y que sería vinculante, debido a las facultades que tiene la Segob.

La principal causa de oposición a la obra es la falta de recursos hídricos con los que cuenta la zona. Autoridades locales temen que la planta que implica una inversión total de 1,400 millones de dólares, ocasione desabasto de agua en el municipio.

En respuesta, la cervecera propietaria de las marcas de Modelo, ha amenazado con llevarse la inversión a “otro destino”.

“Nos mandan a decir hasta de la Embajada de Estados Unidos (…) que si se lleva a cabo la consulta va a quedar muy mal el país. ¡No! Si ya fue una decisión de una autoridad, se lleva a cabo la consulta”, declaró López Obrador en su conferencia matutina.

A finales de enero, Jaime Bonilla, gobernador de Baja California dijo que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) estima que hay suficiente agua para la operación de Constellation Brands.

Un estudio del Consejo Nacional de Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) publicado en abril de 2019, no obstante, encontró varias irregularidades en los documentos y dictámenes técnicos para la construcción de la planta en la ciudad fronteriza.

“El apoyo gubernamental hacia el proyecto es completo y se ve difícil que vaya a haber marcha atrás. Sobre todo cuando la empresa lanzó ya amenazas públicas”, dice Pablo Yáñez Placencia, politólogo de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

Disputa por el agua

La construcción de la planta en Mexicali fue anunciada en marzo de 2017, a la mitad de la administración del exgobernador bajacaliforniano Francisco Arturo Vega de Lamadrid, también conocido como Kiko Vega.

Los compromisos iniciales de Constellation Brands incluyeron la creación de 4,000 empleos durante la etapa de construcción, y “más de 750 empleos permanentes para la gente de Mexicali y México”.

Además, la firma estadounidense se comprometió a hacer uso responsable y garantizó la conservación del recurso hídrico como prioridad para el proyecto.

“La cervecería de Mexicali, en su pico máximo de operación, utilizará menos del 0.3% del volumen de agua que recibe anualmente todo el Valle de Mexicali”, prometió la empresa en el comunicado de presentación.

Sin embargo, un análisis técnico de la Conacyt sobre los requerimientos de la planta reveló que el volumen reportado es solo para la materia prima, sin incluir limpieza, vapor, y otras actividades del proceso productivo.

También que la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Mexicali (CESPM) puede destinar 10 millones de metros cúbicos de agua al año a la planta, mientras que el proyecto presentado al congreso estatal establece un consumo de al menos el doble.

“Es notorio el alto grado de inconsistencias e imprecisiones (…) en cuanto a los volúmenes de agua que la planta cervecera requeriría y dispondría para su operación”, se lee en el reporte del investigador Alfonso Cortez Lara.

Además, el análisis técnico compartido por Pájaro Político dice que parte del agua destinada a la cervecera llegaría gracias a la posible puesta en marcha de la Planta Desalinizadora de Rosarito, pese a que dicho proyecto sigue siendo incierto hasta la fecha.

Además de la disputa por los recursos hídricos de la región, la Conacyt encontró otro tipo de irregularidades que salpican la construcción de la planta cervecera.

Otras inconsistencias

El gobierno de Kiko Vega ignoró el rechazo social que había provocado la inversión, pese a que en 2017 se manifestaron cerca de 60,000 mexicalenses contra la obra, según reportes periodísticos locales.

Alguna de estas protestas estaban vinculadas con varias inconsistencias en los datos sobre la superficie que compró la empresa para el proyecto.

De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), la empresa mencionó la adquisición de 396.4 hectáreas totales, aunque en otros documentos las dimensiones declaradas son diferentes.

En general, el estudio resalta seis aspectos dudosos sobre la construcción de la planta, entre los que destacan un alto grado de opacidad en el manejo de la información, aprobación ‘fast track’ del proyecto, además del rechazo social.

Así, el investigador concluye con la recomendación de poner “a consideración de la sociedad local ampliada, la viabilidad técnica, económica, ambiental, social y moral del establecimiento de la planta cervecera Constellation Brands en Mexicali”.

Esta recomendación será puesta en práctica gracias a la consulta anunciada por López Obrador, aunque el ejercicio arrancará con el sí implícito del gobierno estatal al proyecto, dice Yáñez Placencia.

Jaime Bonilla dijo que hay suficiente agua para la operación de la planta y convocó a las resistencias a entender que “es lo mejor para Mexicali” el 21 de enero, ante medios de comunicación.

“Es una empresa muy importante, también la gente tiene su voz, pero ya se definió que no está en riesgo el recurso natural del agua, esto estoy entendiendo yo, por lo que opinaron los expertos en la materia , creo que va a ir para adelante este proyecto”, aseguró.