La contingencia ambiental en la Ciudad de México (CDMX) y el Valle de México está desbordada debido al humo de los incendios y a otros factores contaminantes que tradicionalmente han sido ignorados por las autoridades.
Diferentes gobiernos capitalinos se han enfocado en reducir las emisiones de ozono y de partículas generadas por el uso de los automóviles, práctica que ha tenido un éxito moderado en el pasado, pero que ha omitido otros factores para la descomposición atmosférica en la región, coinciden expertos.
El programa Hoy no circula, al que comúnmente recurren las autoridades cuando se presenta una contingencia, era una medida de emergencia que se volvió permanente en 1990 pero que considera como “el mayor error” en materia de política ambiental en la zona centro del país, considera Carlos Álvarez Flores, presidente de la organización civil México Comunicación y Ambiente.
Ha sido un grave error atacar exclusivamente el control de las emisiones de los vehículos. El peor error que han cometido todos estos gobiernos de los últimos 30 años es asumir que solo las emisiones de los autos son los que generan la contaminación atmosférica
, Carlos Álvarez Flores
Existen al menos otros seis factores que contaminan el medio ambiente, entre actividades industriales, de movilidad y domésticos, explica el experto.
Transporte e industria, los sectores más contaminantes
La Ciudad de México padece serios problemas de contaminación ambiental, y el sector transporte contribuye con el 20.4% de la emisión de gases de efecto invernadero. La gran mayoría de esas emisiones provienen por viajes en transporte individual motorizado, señala un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre calidad del aire en México.
Los automóviles particulares generan el 18% de las emisiones de dióxido de Carbono (CO2), un problema que además podría costarle al país hasta 6% del Producto Interno Bruto a México por las “externalidades negativas”, dice el documento.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) coincide y coloca al transporte –incluyendo el terrestre, marítimo y aéreo– como la principal actividad contaminante a nivel nacional, con un 24.9% del total de emisiones de CO2.
Las actividades industriales se colocan en el segundo peldaño, con un 23.2% de CO2 emitido en el país, seguido por la generación de energía eléctrica, que aporta alrededor del 18% del gas contaminante.
Sin embargo, las regulaciones para estos sectores han sido escasas y muy endebles, dice Álvarez Flores, lo que a su juicio demuestra que las autoridades capitalinas han priorizado las actividades económicas antes que la mejoría de la calidad del aire.
Rosticerías, tamales y solventes, los factores ignorados
En la Ciudad de México existen algunas fuentes contaminantes que no suelen tomarse en cuenta pero que en suma también contribuyen a empeorar la calidad del aire, como las rosticerías de pollos, los vendedores de tamales o el uso de solventes, dice Álvarez Flores.
En la CDMX existen al menos 822 rosticerías, de acuerdo con el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). Álvarez Flores calcula que en el Valle de México podría haber hasta 1,800 de este tipo de establecimientos, que utilizan gas o madera como combustible.
Carlos Álvarez, químico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) experto en residuos, coincide y agrega que otros comercios que deben ser regulados con urgencia son las tintorerías, lavanderías y hoteles que utilizan calderas.
Algunas de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero que sí considera el gobierno capitalino son las fugas de gas, las estaciones de gasolina y el uso de algunos materiales como pinturas y solventes.
Problema de salud
Al menos 14,700 personas mueren cada año en México a causa de enfermedades asociadas a la contaminación del aire, estima la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ante el impacto de la contingencia ambiental que se hizo evidente desde el fin de semana pasado, la Comisión Ambiental de la Megalópolis pidió a la población reducir las emisiones en todas las fuentes y este miércoles activo el programa Hoy no circula, aunque no existe un protocolo que incluya el cese de otras actividades contaminantes.
La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum anunció el martes que su gobierno analiza implementar nuevas medidas ante las condiciones de contaminación registradas el fin de semana, aunque no ha dado mayores detalles al respecto.
Otros países y ciudades ya han tomado medidas para reducir la contaminación atmosférica.
China, el país con más contaminación en el mundo, se encamina a reducir al menos 10% las concentraciones de partículas finas y en algunas ciudades, como Beijing, la reducción podría alcanzar hasta 25%, según reportes periodísticos.
Para lograrlo, el gobierno chino prohibió la instalación de nuevas centrales eléctricas a base de carbón y obligaron a las existentes a reducir sus emisiones. Además, redujo su capacidad de producción de hierro y acero, y cerró minas de carbón.
El resultado quedó plasmado en un análisis de Greenpeace publicado en 2018 en el que se confirmó que la contaminación en Beijing y en otras 27 ciudades cayeron hasta 33% en promedio en comparación con los últimos tres meses de 2016. La organización estima que esa reducción se tradujo en 160,000 muertes prematuras menos en China durante 2017.
En la Ciudad de México no es necesario llegar a los extremos, dice el profesor Álvarez. Una buena medida sería convertir las concesiones del transporte público en servicios que funcionen a base de gas natural.
“Eso sería un buen comienzo y mostraría voluntad de revertir la problemática. Además se podría lograr hasta en un periodo de tres meses”, advierte el entrevistado.