“Asumo la responsabilidad histórica que me corresponde”, fueron las palabras de Luis Videgaray, quien fue vapuleado por senadores de la oposición durante un comparecencia en el Senado.

Ante los cuestionamientos, el canciller trató de defender su trabajo en la actual administración, pero también aceptó las equivocaciones sobre decisiones clave.

Videgaray no sólo acompañó a Enrique Peña Nieto como titular de Hacienda y en la cartera actual, de Relaciones Exteriores, el doctor en economía por el Instituto Tecnológico de Massachusetts fue para el presidente su operador y consejero de confianza.

Parte del cabildeo para las reformas estructurales, la negociación con Donald Trump, la decisión de candidaturas, los movimientos al interior del gabinete, las acciones de gobierno, entre otras cosas, se le atribuyeron al que fue denominado como ‘súper secretario’, quien anunció que a partir del próximo 1 de diciembre pone punto final a su trayectoria en la administración pública.

Sabedor del papel toral que cumplió en la administración peñanietista, el legislador Emilio Álvarez Icaza criticó al todavía canciller: “Usted señor secretario fue el operador político por excelencia de muchos temas que significaron el desastre de esta administración, desde el inicio hasta los términos de su derrota”.

Los tentáculos de poder del promotor de la corriente tecnócrata al interior del gabinete no sólo se quedaron en el sector económico y financiero, también tocaron al gobierno federal e incluso alcanzaron las decisiones de peso en la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Su legado real es su presencia junto al presidente. El personaje fuerte que aconseja, que marca pauta. Videgaray siempre fue el personaje que estuvo en torno a Peña Nieto. No se pueden entender los triunfos y fracasos del sexenio sin él

Gustavo López Montiel, analista político

Invitación a Trump, el antes y el después

Trump junto a los mexicanos Videgaray, Guajardo y Seade.(Reuters)

El 31 de agosto de 2016 en la residencia oficial de Los Pinos, el entonces candidato republicano, hoy presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió con el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto.

El encargado de negociar ese encuentro fue el titular de la Secretaría de Hacienda, Luis Videgaray, en una decisión en la que incluso la encargada de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu estuvo en desacuerdo.

En su reciente comparecencia, Videgaray dijo ante los senadores: “No era una invención periodística. La entonces canciller Claudia Ruiz Massieu, hoy senadora de la República, no estuvo de acuerdo con esa visita”.

Las críticas desencadenaron su renuncia en lo que parecía como su fin al interior del gabinete presidencial así como a sus aspiraciones a convertirse en el próximo presidente.

Cuatro meses bastaron para que volviera y con más poder. En enero del 2017, el extitular de Hacienda fue nombrado como nuevo canciller mexicano, en sustitución de Ruiz Massieu, con quien tuvo marcadas diferencias por el tema Trump.

La encomienda para Videgaray era clara, tras el triunfo del republicano en Estados Unidos su tarea era el acercamiento con el nuevo mandatario que en ese momento no veía con buenos ojos a México. “Vengo a aprender”, dijo durante su presentación.

Los roces con personajes de peso

Videgaray y Osorio Chong junto a Peña Nieto. (Reuters)

El ser el hombre con más peso en el gabinete de Enrique Peña Nieto provocó a Luis Videgaray tener diferencias con otros personajes. El más reciente y notorio fue con el titular de Economía, Ildefonso Guajardo, a quien acompañó en la renegociación del TLCAN y con quien desató una pugna por el protagonismo en el tema.

En el listado se encuentra Miguel Ángel Osorio Chong, con el que se disputó la toma de las decisiones políticas cuando este ostentaba el cargo de la Secretaría de Gobernación.  O también cuando se le atribuyó la designación de Aurelio Nuño en la Secretaría de Educación en lugar de Emilio Chuayffet.

Con los priistas también tuvo conflictos, el primero cuando promovió a Enrique Ochoa Reza para ser el presidente nacional del PRI, luego cuando destapó y apoyó la candidatura de José Antonio Meade a la presidencia, lo que provocó gran escozor con personajes como Carlos Salinas de Gortari.

Como promotor de la reforma fiscal, también se ganó los roces con el sector empresarial mexicano, quienes no quedaron conformes con las medidas que promovió desde su cargo en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

A poco más de un mes de que termine el sexenio de Peña Nieto, Videgaray será recordado como el hombre que estuvo siempre junto al presidente. Con quien inició su relación en aquel 2005, cuando se convirtió en su secretario de Finanzas en el Estado de México, luego en su coordinador de campaña y después en su negociador clave y ‘súper secretario’.

Para el analista político Gustavo López Montiel, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores pasará a la historia como lo fue José Córdoba Montoya con Carlos Salinas de Gortari, su gran y polémico operador político.

Deja un comentario