En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) existe una partida presupuestal compuesta por ramos generales, la cual cuenta con un importante peso por la cantidad de recursos que históricamente se le ha destinado.
De acuerdo con el Centro de Información y Docencia Económica (CIDE), los ramos generales se refieren a los recursos que la federación transfiere, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público -hoy a cargo de Carlos Urzúa-, a tres principales rubros:
-Estados y municipios
-Pago de la deuda pública
-Programas de apoyo financiero
Según identificó México Evalúa, en el ejercicio correspondiente al 2017, el 71% del dinero recaudado por la administración pública federal se destinó a los ocho ramos generales: 19, 23, 24, 25, 28, 30, 33 y 34.
La trascendencia de esta partida es que a pesar de la cantidad de recursos que se otorgan, no cuentan con un ejecutor directo identificado.
Otro elemento por el que la discusión pública se centra en estos jugosos ramos es porque en el caso específico del 23, el encargado de distribuir recursos a los estados para proyectos de infraestructura, no existen reglas de operación, por lo que históricamente se ha distribuido de manera discrecional.
El 15 de diciembre, Urzúa deberá entregar al Congreso el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2019, el primero del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Él es Alfonso Ramírez Cuéllar: el hombre clave de AMLO para aprobar el Presupuesto 2019.
Con el reloj a cuestas para la presentación y aprobación -fechas límites del 15 y 31 de diciembre respectivamente-, a continuación te presentamos una radiografía de cada uno de los ramos a los que habrá que poner especial atención.
Ramo 19: aportaciones a seguridad social
De acuerdo con la SCHP, el dinero se destina principalmente para el pago de pensiones, cuotas, aportaciones, subsidios y otras erogaciones de seguridad social.
Este dinero va a dar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y al Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM).
En 2017 se destinaron 699,664 millones 136,809 pesos para este fin, 74% de los cuales (523,239 millones 067,876 pesos) fueron netamente para pensiones y jubilaciones a cargo del gobierno federal y 18% para pago de servicios personales.
El ramo también contempla algunos pagos particulares, como los correspondientes a pensiones y compensaciones a militares -por ejemplo, por defunción y ayuda para gastos de sepelio-, pensiones especiales de entidades ya desaparecidas como los jubilados de Ferrocarriles Nacionales de México, a quienes en el último año se les destinaron 2,846 millones de pesos y a Luz y Fuerza del Centro, con 19,571 millones.
Ramo 23: provisiones salariales y económicas
Es el ramo más discutido, pues no cuenta con reglas de operación, además por concentrar fines muy distintos como para contingencias ante imprevistos y para la entrega de subsidios de los gobiernos estatales.
Ha sido calificado como el de los “moches” y la Auditoría Superior de la Federación lo ha señalado como un fondo “poco transparente” porque muchas veces no se cumple con los objetivos planteados.
Por ejemplo, se ha detectado retrasos en las obras a las que se ha destinado o deficiencias en las mismas. El año pasado se le asignaron 156,463 millones 239,818 pesos.
Ramo 24: deuda pública
Como su nombre lo indica, el total del dinero público que se agrupa en el Ramo 24 es para subsanar el endeudamiento adquirido, según se establece en la Ley General de Deuda Pública.
El presupuesto que en 2018 se aprobó fue de 473,126 millones 225,000 pesos, también incluye montos que se destinan al pago de intereses.
De acuerdo con cifras tras una revisión del PEF 2018, el 84% (399,391 millones 422,588 pesos) del dinero se destinó al pago de deuda interna y el 15% restante (73,734 millones 802,415 pesos) a la deuda pública externa.
Ramo 25: previsiones y aportaciones para los sistemas de educación básica, normal, tecnológica y de adultos
En este apartado, el dinero se divide en siete programas presupuestales relacionados con educación y tecnología.
Una revisión al Resumen Económico por Destino del Gasto del PEF del año pasado reveló que de los 52,728 millones 283,062 pesos que se etiquetaron para 2018, 51,368 millones se destinaron al pago de servicios personales, es decir, a salarios, remuneraciones y viáticos.
Los programas más importantes del ramo 25 incluyen las previsiones salariales y económicas del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE). Esto significa que van para el pago de nómina de maestro, que en 2018 ascendió a 209,647 millones de pesos.
Además destaca el dinero que se entrega para los servicios educativos de educación básica y normal para la Ciudad de México, que en su caso, a cada uno se refirieron 38,529 millones 489,864 pesos y 1,084 millones 893,684 pesos, respectivamente.
Ramo 28: participaciones a entidades federativas y municipios
Según se describe en la estrategia programática del PEF, esta bolsa es una de las más cuestionadas, pues se refiere a los recursos que se transfieren a los estados y municipios bajo concepto de “incentivos económicos”.
Se refiere que el dinero no está etiquetado, porque “no tienen un destino específico en el gasto de los gobierno locales”. Su carácter es resarcitorio y según la Ley de Coordinación Fiscal, tiene el objeto de “generar incentivos para incrementar el crecimiento económico y esfuerzo recaudatorio”.
El año pasado este ramo acumuló 811,931 millones 615,172 de pesos.
Es uno de los que tiene más destinos, pues los recursos se reparten en 11 fondos, siendo los más importantes el Fondo de Fomento Municipal, el Fondo de Fiscalización y Recaudación, que se reparte como un premio a las entidades federativas por eficiencia y fortaleza recaudatoria.
También destaca el Fondo de Compensación, mediante el cual se distribuyen parte de la recaudación derivada de las cuotas aplicadas a la venta final de gasolina y diésel a las 10 entidades federativas que, de acuerdo con la última información oficial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), tengan los menores niveles de Producto Interno Bruto per cápita no minero y no petrolero.
Ramo 30: adeudos de ejercicios fiscales anteriores
Al igual que el ramo 24, esta bolsa busca subsanar las deudas vencidas por concepto de bienes y servicios adquiridos por las dependencias y órganos administrativos.
En 2018, este ramo alcanzó el monto de 17,091 millones de pesos.
Ramo 33: aportaciones federales para entidades federativas y municipios
El año pasado a este rubro se le destinaron 688,341 millones 688,549 de pesos.
De acuerdo con la estrategia programática del PEF 2018, se refiere al dinero que se transfiere a las haciendas públicas de los estados para ejecutar actividades relacionadas con áreas calificadas como “prioritarias” para el desarrollo nacional, como educación básica y normal, salud, combate a la pobreza y asistencia social.
El ramo se compone de ocho fondos, dentro de los que destacan el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE), que el año pasado recibió el 53.6% (368,997 millones de pesos) de los recursos totales; su fin es cubrir el pago de los servicios de personales de plazas.
Otro es el Fondo de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos (FAETA), que destinó 6,894 millones de pesos para los servicios de educación tecnológica y de educación para adultos, es decir, principalmente alfabetización.
Un 13.5% del ramo (93,385 millones de pesos) fueron para el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA), que busca cubrir las necesidades de salud de la población sin seguridad social de los 32 entidades.
Otro programa es el Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), con el 3.4% de los recursos del ramo (23,628 millones) para subprogramas que dirige el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) para desayunos escolares, atención alimentaria a menores de cinco años en riesgo y asistencia alimentaria a sujetos vulnerables y a familias en desamparo.
Ramo 34: erogaciones para los programas de apoyo a ahorradores y deudores de la banca
Durante el año anterior se le destinaron 38,168 millones 500,900 pesos, cifra en la que se incluyeron 38,168 millones por concepto de “saneamiento financiero”, concepto que no se detalla más a fondo dentro del presupuesto.