Carlos Salazar Lomelín, quien se perfila para ser el nuevo presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), tendrá la tarea de reunificar a la iniciativa privada tras los desencuentros que tuvieron algunos de sus integrantes con el ahora presidente de México Andrés Manuel López Obrador.

No sólo a ellos, sino a los hombres y mujeres de negocios que no están representados por los organismos gremiales, a menudo vistos como cúpulas de multimillonarios a las que pocos tienen acceso.

El empresario regiomontano platicó con EL CEO sobre los retos y prioridades que tiene de cara a lo que será el nuevo régimen de gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Lo primero que el exdirector general de Femsa deja claro es que los empresarios no quieren privilegios, sino incentivos para invertir y contribuir con los planes del nuevo gobierno. Sin embargo, reconoce que han habido excesos.

“No dudo que haya habido y que existen grupos empresariales que han crecido a través de un privilegio, como tampoco dudo que hay políticos que se han beneficiado a través de esos privilegios. Pero la situación de unos cuantos no representa al empresariado mexicano”.

Frente a este escenario que causó tensiones entre Andrés Manuel López Obrador y los empresarios, Salazar Lomelín propone que la iniciativa privada se enfoque en ofrecer soluciones a la nueva administración.

“En esta coyuntura, el rol del empresario es doble: por un lado, cooperar en el crecimiento a través de la inversión y también con su capacidad, proponer ideas y soluciones”.

La agenda del nuevo gobierno tiene como prioridad el combate a la pobreza. “Por el bien de todos, primero los pobres”, aseguró López Obrador en su toma de protesta. Para ello, se comprometió a cambiar el modelo económico y enfocar buena parte del presupuesto del gobierno a programas sociales y proyectos de infraestructura en regiones con altos niveles de marginación.

El candidato a presidir el CCE coincide con el diagnóstico de Andrés Manuel López Obrador y propone revisar lo que hicieron bien estados como su natal Nuevo León y otros del norte y el Bajío para crecer mucho más que el promedio nacional.

“Tenemos un serio problema de crecimiento, necesitamos crecer a tasas mayores, pero el crecimiento siempre va asociado a la inversión”.

El llamado a los empresarios es para contribuir, desde su trinchera, con propuestas que ayuden a mitigar problemas como la pobreza, la violencia y la igualdad de oportunidades. “Nosotros tenemos, como característica básica, una capacidad organizacional y creo que el empresario tiene mucho que decir y mucho que aportar en ese campo”.

El presidente ha dicho que para cumplir sus objetivos de gobierno, la inversión privada va a jugar un rol muy importante. Sin embargo, también ha dejado claro que la intervención del Estado será mucho mayor en la economía. La pregunta es si los empresarios van a aceptar ese nuevo modelo.

Carlos Salazar propone dejar atrás los enfrentamientos y ser más que un contrapeso del gobierno, un aliado. “Tenemos la obligación, como fruto de este proceso democrático, que hayamos pensado lo que hayamos pensado, de apoyar las iniciativas (…) las decisiones hoy son del presidente, las tiene que orientar y conducir él, y nosotros tenemos que apoyar la conducción de esto”.

El empresario reconoce que se ha destacado lo que no le gusta al presidente, pero no lo que sí le gusta y planea hacer, por ejemplo, con el manejo sano de las finanzas públicas y con el compromiso de no aumentar la deuda.

“Todas esas cosas para mí son lo básico para que el sector empresarial olvide ya el asunto del debate, del dilema y las propuestas y hoy apoyemos las que tenemos enfrente, como apoyar al país a que pueda crecer”, concluye Salazar Lomelín, quien el 18 de enero próximo sabrá si tuvo el respaldo suficiente para convertirse en el nuevo presidente de la cúpula de cúpulas de la iniciativa privada: el Consejo Coordinador Empresarial.

PERFIL: Carlos Salazar, el favorito para abanderar a los intereses empresariales en la ‘era AMLO’