En un ambiente de diferencias y fricciones, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, sostendrá su primera reunión con la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) en el Palacio Nacional, según se explicó, para tratar el tema de “los recursos y las participaciones federales”.

Dos temas han causado revuelo entre algunos mandatarios estatales respecto al plan de gobierno del tabasqueño: los superdelegados y la Guardia Nacional.

Hoy por la mañana, en su segunda conferencia matutina desde que asumió el poder Ejecutivo, López Obrador fue cuestionado sobre el encuentro e indicó:

Si no están de acuerdo, ellos (los gobernadores) tienen su derecho a actuar con libertad, de conformidad con la soberanía que hay en los estados, y también acudir a instancias donde se dirimen controversias, en este caso el Poder Judicial

“No vamos a confrontarnos. No vamos a caer en ninguna polémica con los gobernadores. Es mano franca”, agregó.

Desde el anuncio de la figura de los coordinadores federales en las entidades, el tema ha levantado inconformidades de los panistas, del gobernador electo de Jalisco, Enrique Alfaro, y recientemente del perredista Silvano Aureoles, quien amenazó con acudir a la Suprema Corte.

El único perredista levanta la voz

Silvano Aureoles, único gobernador perredista, anunció ayer que interpondrá una controversia constitucional en contra de la figura de los superdelegados.

Aquí te contamos la historia de Gabriel García Hernández, el personaje que será el encargado de encabezar las figuras de los 32 delegados estatales.

“No podemos volver a épocas de centralismo y prácticas que generaron desigualdad en nuestro país”, justificó el michoacano.

Según explicó Aureoles, excompañero de partido cuando López Obrador militaba en el PRD, la acción constitucional la emprenderá porque esta figura creada por la actual administración federal invade las competencias de los poderes estatales.

La rebelión de los panistas

Unos días antes de la toma de posesión presidencial, los 12 gobernadores del Partido Acción Nacional (PAN), se rebelaron también contra las nuevas figuras de la administración federal.

Por medio de una carta, mostraron su disposición a trabajar con el gobierno de López Obrador pero rechazaron los “sometimientos” en temas de seguridad como la Guardia Nacional, que desplazaría a las policías estatales y municipales.

Los gobernadores firmantes fueron Martín Orozco, de Aguascalientes; Francisco Vega,de Baja California; Javier Corral, de Chihuahua; Carlos Mendoza, de Baja California Sur; José Rosas Aispuro, de Durango; Diego Rodríguez, de Guanajuato; Antonio Echevarría, de Nayarit; José Antonio Gali, de Puebla; Francisco Domínguez, de Querétaro; Carlos Joaquín, de Quintana Roo; Francisco Javier Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, y Mauricio Vila, de Yucatán.

El que aún no llega y ya fijó su postura

Enrique Alfaro es el gobernador electo de Jalisco hasta el próximo 6 de diciembre, día en que toma posesión, mientras tanto Aristóteles Sandoval continúa con el poder. Pese a eso, el político de Movimiento Ciudadano ya fijó una dura postura contra el plan del presidente de México.

El 22 de noviembre, Alfaro en conferencia pública rechazó las propuestas del gobierno de López Obrador, como los superdelegados y la Guardia Nacional en Jalisco.

Acompañado de 109 presidentes municipales, rectores universitarios, políticos locales y sociedad civil, el futuro gobernador de Jalisco declaró:

Hoy levantamos la voz para decirle con respeto, señor presidente, que no estamos dispuestos a permanecer callados ante los intentos por vulnerar el pacto federal y el orden constitucional

Sobre el tema de Alfaro, López Obrador indicó hoy que es “una polémica que todavía no tiene razón de ser”, ya que recordó que es un gobernador electo que aún no está en funciones.

El presidente recordó que durante su recorrido por el país se reunió con los mandatarios estatales y les explicó el papel de los superdelegados.

“Nadie puede decir que no les expliqué de qué se trataba, incluso, en algunos casos hasta públicamente hice mención de que el delegado nunca le iba a faltar el respeto a la autoridad local, al gobernador, al presidente municipal”, concluyó hoy unas horas antes de la que se antoja como la primera prueba de López Obrador ante los que son llamados a ser un contrapeso verdadero.

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