El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2023 tendría como prioridad la inyección de presupuesto a proyectos como la Refinería Dos Bocas y el Tren Maya, por lo que los recursos para los órganos autónomos quedarían desplazados en la propuesta de gasto para el próximo año.
Esta semana, la Secretaría de Hacienda entregará al Congreso de la Unión el Paquete Económico del quinto año de la actual administración.
Y si bien en términos macroeconómicos el objetivo del gobierno federal sería que “le cuadren las cuentas”, el desdén de López Obrador hacia organismos como el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) sería más evidente que en años anteriores, opinan analistas.
Más inversión, la prioridad
El principal interés del gobierno federal en el presupuesto de 2023 es aumentar el estímulo hacia la inversión de los proyectos prioritarios, lograr que la deuda se ubique en un nivel de 49-50% del Producto Interno Bruto (PIB) y robustecer la recaudación de impuestos para combatir la evasión fiscal, aseguró Irasema Andrés Dagnini, economista de la Universidad Autónoma de México Campus Xochimilco.
El primer reto del presupuesto va a ser que se apruebe en las Cámaras y el siguiente será la claridad del entorno macroeconómico que debe de tener en cuenta el gobierno para poder hacer una distribución correcta de los ingresos disponibles
dijo Andrés Dagnini
La especialista considera que en el presupuesto se pondrá más énfasis en acelerar Dos Bocas y el Tren Maya —pues sólo restan dos años para que termine la administración de López Obrador— al tiempo que disminuye los recursos a los organismos autónomos.
Para Irasema Andrés, el gobierno federal tiene que considerar que se enfrenta a un escenario complejo a nivel global, ante una inflación elevada, un riesgo de recesión en Estados Unidos –pese al descarte de Banxico–, una disminución en ingresos petroleros y un crecimiento muy bajo.
Por ello, destacó la importancia de que el gobierno mantenga una deuda controlada y genere más empleos, porque de lo contrario, la recaudación fiscal en términos generales podría disminuir, y aún más si se presenta una recesión.
En su opinión, uno de los sectores a los que se les debe destinar más recursos es al sector salud, pues la pandemia por COVID-19, que detonó la crisis global, reveló la urgencia por fortalecerlo y contar con los recursos para anticiparse a cualquier contingencia.
Riesgos para autónomos
En lo que respecta a los autónomos hay dos factores que, en principio, afectan directamente su presupuesto.
El primero es estrictamente económico, considerando las prioridades del gobierno mientras que, el segundo, radica en la restricción hacia todos los organismos que no se encuentran entre las prioridades, lo que no se limita al IFT y Cofece, comentó Víctor Pavón Villamayor, presidente de Oxford Economics Competition.
Para la asignación de recursos es muy claro cuáles son los proyectos que representan una fuente importante de impacto social, lo que si bien es debatible, en general representa una restricción para todos esos organismos que no se encuentra dentro de esas prioridades
dijo el especialista en competencia económica.
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Recursos futuros, una incógnita
Si bien en 2022 el impacto sobre estos organismos no fue tan fuerte, nada garantiza que el próximo año o en 2024 no existan modificaciones importantes en los presupuestos de Cofece, IFT y otros autónomos como el Instituto Nacional Electoral (INE) o el INAI.
De lo que sí no hay duda es que la escasez de recursos puede generar ahogamientos de muchas dependencias en el sector público que no son compatibles con la concepción de desarrollo económico del Ejecutivo, por lo que entonces el riesgo es doble
aseguró Pavón
En opinión del especialista, el primer desafío es enfrentarse con esa visión de política pública, a lo que se suma la clara postura del presidente López Obrador de que los trabajos que hacen la Cofece y el IFT no son compatibles con su visión de construir o de desarrollar la economía mexicana de los últimos años.
Y, como consecuencia de que el primer mandatario no vea la utilidad en las funciones que los autónomos desempeñan, “naturalmente tampoco ve sentido en asignar recursos para que sigan sustentando esas tareas”, agregó el especialista.
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Presión a IFT y Cofece, vía a la inoperancia
Además, para Pavón Villamayor hay dos formas de hacer a los organismos inoperantes: una es quitándole presupuesto, y otra es haciéndolo inoperante funcionalmente, tal como ocurre con la falta de nombramientos de comisionadas y comisionados para completar los Plenos de cada organismo, lo que impacta directamente en la toma de decisiones regulatorias y en materia de competencia económica.
Creo que, por alguna razón han encontrado —quizá mas efectivo, y eso está mal— la forma de empezar a hacer inoperante funcionalmente a estos organismos basados en decisiones de carácter político, como lo es el hecho de no nombrar a los comisionados que faltan en los Plenos
aseveró el especialista en competencia económica
Estas dos formas, dijo, parte de la misma lógica que no valora el trabajo que hacen estos organismos, le dan poco peso o poca importancia, lo que ha quedado de manifiesto y de muchas maneras refleja la opinión sobre el trabajo en regulación y competencia económica que se desarrolla en el país.
El desconocimiento de la importancia que tiene la existencia de un régimen de competencia, un régimen regulatorio eficiente y óptimo que permita alcanzar otras metas importantes, estamos viéndolo en todos lados: en telecomunicaciones y otras divisiones, en donde se están instrumentando políticas públicas que van en contra de estos principios
consideró Pavón
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