El sexenio de Enrique Peña Nieto terminó reprobado por parte de la ciudadanía.
Escándalos de corrupción, respuestas poco convincentes a casos de violencia que se volvieron emblemáticos e incluso desatinos en sus declaraciones abonaron a un evidente alejamiento entre sociedad civil y el gobierno pasado.
Una encuesta realizada por Consulta Mitofsky mostró que el 74% de los mexicanos calificaban de forma negativa el periodo peñanietista, mientras que un ejercicio estadístico similar del diario Reforma lo ubicó en el 68%, el peor evaluado en los últimos cuatro sexenios.
Conoce aquí los números de opacidad del último año de Peña Nieto, así como los pendientes que dejó su administración, según un informe de Fundar.
Uno de los principales críticos fue un sector de organizaciones de la sociedad civil, que mostraron una oposición a temas polémicos que promovió la administración pasada y que abanderaron causas de exigencia ciudadana como: mayor transparencia, frenar la corrupción en la administración pública, un alto a la violencia, entre otras.
El 2 de diciembre del 2012, representantes de los principales partidos del país firmaron el ‘Pacto por México’, un acuerdo en el que se comprometían a fortalecer al estado por medio de la democratización de la economía y política, el apoyo a los derechos sociales y la ejecución con los ciudadanos de políticas públicas.
Para Humberto Guerrero, coordinador del programa de Derechos Humanos y Lucha contra la Impunidad de Fundar, luego de la firma del pacto “la oposición se desdibujó, salvo algunas excepciones aisladas, lo que terminó en que no existiera un bloque crítico y de contrapeso al gobierno en turno.
La visión crítica se corrió a la sociedad civil, que jugó ese rol de resistencia. Las organizaciones de la sociedad civil aún con todas sus diversidades y pluralidades –hay que reconocer que no son agendas homogéneas-, sí se convirtieron en la oposición del gobierno pasado
Humberto Guerrero, coordinador del programa de derechos humanos y lucha contra la impunidad de Fundar
La ley 3 de 3 fue una de las exigencias que surgieron en el intento de que los funcionarios públicos transparentaran su patrimonio y sus posibles conflictos de interés. La iniciativa se logró. A partir del 30 de abril de 2019, todos los trabajadores del gobierno en sus tres niveles deberán realizarla.
Conoce aquí el nuevo formato que se aplicará.
Ixchel Cisneros, director de Cencos, considera que la sociedad civil ha representado un contrapeso al poder desde hace mucho y no sólo en los últimos años, pero destaca que lo que ocurrió en el último sexenio fue que se logró presionar directamente a los legisladores en temas específicos para que se escucharan las exigencias.
Agrega que se fortaleció el factor de la colectividad. Varias organizaciones, especialistas y ciudadanos se agruparon para impulsar temas como la #FiscalíaQueSirva y #SeguridadSinGuerra, los cuales cobraron relevancia.
En el mundo entero es necesario que la organización civil esté organizada y sirva de contrapeso al poder, pero en un país donde los partidos políticos o la clase política ve por sus intereses, toma mucho más relevancia la labor de las organizaciones y de la sociedad civil
Ixchel Cisneros, directora de Cencos
En ese sentido, Ricardo Corona, director jurídico del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), destaca que uno de los elementos esenciales que garantizan un rumbo democrático es la participación de organizaciones ciudadanas en temas de políticas públicas y destaca que más allá del contrapeso, se debe dar de forma colaborativa e inclusiva.
Recordemos la discusión que hubo hace unos años al puesto que le iban a dar al doctor Raúl Cervantes como Fiscal y salió el hashtag #FiscalCarnal. El contrapeso fue de la sociedad civil para que no sucediera
Ricardo Corona, director jurídico del IMCO
Destaca también el tema de Gobierno Abierto, una iniciativa internacional en la que diversas organizaciones acompañaron el proceso que tenía como finalidad avanzar en procesos de transparencia, rendición de cuentas, participación ciudadana e innovación y uso de tecnologías.
Para Corona, el papel que tuvo la sociedad civil en esa iniciativa fue esencial y aunque reconoce que organizaciones como el IMCO, Fundar, Artículo 19 o Transparencia Mexicana no representan “todas las aristas de todas las caras de las sociedad civil”, sí fue un buen punto de partida para hacer contrapeso.
“El ejercicio se desinfló al cerrar el mandato de Enrique Peña Nieto con el caso de Pegasus, un escándalo de espionaje por parte del gobierno hacia activistas y periodistas en el que se intervinieron teléfonos. La sociedad civil se bajó de la iniciativa, aunque se le da un seguimiento a nivel internacional”, concluye.
De cara al nuevo sexenio
El 1 de diciembre inició el nuevo sexenio encabezado por Andrés Manuel López Obrador. El proyecto del fundador de Morena ganó en las urnas el 1 de julio al conseguir 30.11 millones de votos con la promesa de un cambio en la vida política y social de México.
Los señalamientos en los primeros días de la administración no se han hecho esperar. Se acusa de estar repitiendo vicios políticos que en el pasado se cometieron y que él criticó como oposición, como la terna de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), cuyas dos candidatas y un candidato presentan cercanía a su grupo político.
La sociedad civil tendrá que encontrar la forma de no dar cheques en blanco en términos de confianza, como tener diálogos que redunden en la construcción, pero al mismo tiempo seguir siendo crítico donde haya que serlo. Lo primero que hay que hacer es mantenernos participativos y atentos
Humberto Guerrero, integrante de Fundar.
El encargado del programa de derechos humanos y lucha contra la impunidad destaca que en este inicio de sexenio hay sensaciones de contradicción, ya que aplaude que el primer acto del primer día hábil fue dedicado a Ayotzinapa y tratar de resolver el caso de las desapariciones forzadas en México, pero por otro se presenta una terna para la SCJN que deja mucho que desear para las exigencias que se requieren en esos cargos.
Ixchel Cisneros no duda en afirmar que en esta nueva etapa política el camino que deben tomar las organizaciones ciudadanas es “seguir siendo contrapeso”, pues no hay de otra.
La directora de Cencos critica que en inicio López Obrador haya lanzado críticas contra las organizaciones civiles que han señalado los posibles errores en sus propuestas, pero recuerda que también se están dando opciones para construir mejores políticas públicas.
El ser ciudadano no solo significa ir a votar. Que gane tu candidato no significa que hagan lo que quieran y menos si va en contra de los principios o en contra de los derechos humanos, tenemos que salir a señalar las fallas con todos los gobiernos
Ricardo Corona, director jurídico del IMCO, afirma que es una necesidad que se continúe haciendo el trabajo de las organizaciones y los ciudadanos en la lógica de construir. “Participar y aportar y que crezca la lógica de colaboración sin fobias, sin ningún tipo de color”, concluye.
La llegada de López Obrador al poder se dio acompañada del control del Congreso de la Unión bajo los colores morenistas y de un fracaso de los partidos políticos tradicionales en México.
El escenario será de una oposición debilitada, por lo que el papel que emane de la sociedad civil será clave tanto para acompañar y construir como para criticar y señalar los posibles errores que se ejecuten.