De los cuatro principales proyectos de infraestructura impulsados por la administración de Andrés Manuel López Obrador, al menos dos serán realizados por el gobierno.

Este jueves el presidente, junto con la secretaria de Energía, Rocío Nahle, anunció que Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Secretaría de Energía (Sener) construirán la refinería Dos Bocas, en Tabasco a partir del próximo 2 de junio, tras declarar desierta una licitación para dirigir el proyecto.

La licitación se declara desierta porque en lo fundamental estaban pidiendo mucho, se pasaron de los 8,000 millones de dólares y en el tiempo de construcción; nosotros no vamos a hacer ninguna obra que no podamos terminar durante el sexenio”, informó el mandatario federal durante su conferencia matutina.

La refinería, que ha sido considerada poco viable por expertos en el sector, no es el primer proyecto de infraestructura que el gobierno decide realizar por sí mismo: la construcción del Aeropuerto Internacional ‘General Felipe Ángeles’, ubicado en la base aérea de Santa Lucía actualmente corre a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Ajustes y costos

Para que la construcción de la refinería se pueda realizar en tiempo y forma, es necesario se baje la capacidad del complejo de 340,000 a 100,000 barriles y se licite por partes o se prefabrique en otro país, considera el analista energético Ramsés Pech.

“Debido a que las empresas que fueron invitadas a participar en la licitación indicaron que con las bases técnicas y económicas solicitadas no puede realizarse, ahora hay que evaluar con este termómetro de mercado” cuál es la capacidad viable, escribió el experto tras la conferencia presidencial.

Tanto Worley Parsons-Jacobs, como KBR y Bechtel-Technito presentaron una propuesta que no va acorde con la expectativa de gobierno. Technip, la cuarta empresa invitada, no envió sus documentos para el proyecto.

En cuanto a las licitaciones, el experto dijo que “si Pemex y el Instituto Mexicano del Petróleo hacen la ingeniería, diseño y dirigen la obra de la instalación, deberán realizar licitaciones independientes para cada etapa del proceso, las cuales deberán ser del tipo de asignación directa o invitación restringida a plazos recortados para no parar el proceso”.

Las ventajas políticas del ‘Hágalo usted mismo’

De acuerdo con el presidente López Obrador, que el gobierno ejecute los proyectos de infraestructura redundará en que no haya sobrecostos, los proyectos se mantengan en tiempo y no haya corrupción.

Sin embargo, acaparar las obras públicas también es una forma de incrementar la nómina directa de una dependencia – aunque se trate de trabajadores temporales – y reforzar grupos clientelares al inicio del gobierno, considera Alonso Cedeño, socio de la consultora Estrategia en Línea.

No es lo mismo que la paraestatal subcontrate a una empresa para construir la refinería, a que el cheque de la nómina de los trabajadores, aunque sean temporales, diga Pemex. El gobierno va a tener más control sobre esa gente

, Alonso Cedeño.

Además, cuando el gobierno realiza compras y adquisiciones, está sujeta a menos fiscalización que las dependencias públicas, “aunque pareciera al revés”. Esto, debido a que no se puede licitar una obra completa sin la intervención de actores público que validen las etapas del proceso, mientras que la compra de válvulas o acero pueden ser comprados por invitación restringida o asignación directa.

En los primeros meses del año, 78% de las compras de gobierno se hicieron sin licitación. Ese porcentaje es mayor respecto al mismo lapso del sexenio pasado.

“Lo que están haciendo es contrario al combate a la corrupción”, considera Cedeño.