Los conductores de Uber, Cabify, Didi y otros servicios de aplicación tendrán que sacar antes de noviembre una licencia tipo E1 para poder seguir trabajando en la Ciudad de México.

La nueva regulación de la Secretaría de Movilidad (Semovi) busca garantizar que los operadores de servicios privados que llevan pasajeros puedan cumplir con su labor sin poner en riesgo la integridad de sus usuarios. Hasta ahora, los conductores de este tipo de servicios habían operado sin requisitos especiales.

“La medida está enfocada en la seguridad de los usuarios”, explicó Carlos Augusto Morales, director general de Licencias y Transporte Vehicular, a EL CEO la semana pasada.

Para lograr su objetivo con la licencia E1, la Semovi requerirá que todos los conductores que vayan a canjear su licencia tipo A –para manejar autos particulares– se capaciten en el Centro para el Fomento de la Educación y Salud de los Operarios del Transporte Público de la Ciudad de México (Cenfes), una asociación civil especializada en profesionalizar la labor de taxistas y operadores de transporte concesionado.

¿Qué es Cenfes?

Cenfes nació en agosto de 2018 como un esfuerzo conjunto de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Ese mismo año, el entonces titular de la Secretaría de Transportes y Vialidades (Setravi), Armando Quintero, se acercó al entonces rector de la UACM, Manuel Pérez Rocha, para encontrar una solución a la falta de profesionalización de los operarios de transporte público.

Desde su surgimiento, Cenfes trabaja de la mano con estas dos casas de estudio y tiene un convenio de colaboración con la Semovi para verificar las aptitudes de taxistas y camioneros previo a la obtención de las licencias tipo B, C, D y E.

La organización no recibe dinero de la autoridad ni tampoco de las universidades que ayudaron a su fundación, lo que le permite una mayor autonomía e independencia, explica Francisco García Olsina, coordinador de Investigación y Vinculación de Cenfes.

Nosotros vivimos de las capacitaciones, los conductores son los que mantienen la asociación

, Francisco García Olsina.

Actualmente, la plantilla de Cenfes está compuesta por 100 personas, entre administrativos, médicos, laboratoristas y pedagogos especializados.

Además de las labores de capacitación, la asociación también genera investigaciones sobre la vida de los conductores profesionales, sus principales problemas de salud asociados al empleo que desempeñan y los retos a los que se enfrentan. Esto ha permitido visibilizar al sector y “entrar a la discusión de política pública desde un enfoque más humano”, dice García Olsina.

Esta labor se vuelve más relevante si se considera que tan solo en la Ciudad de México se realizan 17.3 millones de desplazamientos diarios, según la Encuesta Origen Destino 2017. Esta cifra prácticamente se duplica si se toma en cuenta los viajes en la Zona Metropolitana del Valle de México.

De cada tres viajes que se realizan en la región, dos son en algún transporte público.

En qué consisten las pruebas para los conductores

Cenfes ya tiene preparado el programa piloto con el que evaluarán a los conductores de transporte por aplicación en cuanto la Semovi dé los lineamientos.

Este consistirá en tres fases.

La primera es una evaluación médica integral en la que se conocerá el estado de salud de los conductores y su capacidad física para realizar el transporte de pasajeros.

Esta prueba consiste en exámenes de laboratorio y pruebas psicométricas realizadas por el equipo de Cenfes. En ella, se observa el estado de salud general de los aspirantes, se detectan factores de riesgo y se recomienda un seguimiento profesional – en caso de requerirse.

Si se detecta un problema de salud restrictivo, la persona que tome la prueba deberá ir con otro médico de su confianza para seguir un tratamiento y posteriormente, presentar evidencia de que lo sigue – como las cajas de medicina.

Lo que queremos es que los operarios de transporte público sean más conscientes de su salud. Salvo casos de limitantes severas, donde el aspirante no puede seguir el proceso, se procura dar las herramientas para que los conductores se cuiden

, dice García Olsina.

Los médicos de la organización están especializados en este sector y pueden reconocer los padecimientos asociados con el trabajo en el transporte público. Entre ellos se encuentran el cansancio crónico, las várices y las hemorroides.

Asimismo, la evaluación médica contempla un examen toxicológico. En caso de que el aspirante dé positivo a alguna sustancia, no podrá seguir con el proceso ni volver a aplicar en seis meses. Además, deberá presentar una constancia de asistencia a algún centro de atención a las adicciones.

La segunda parte del proceso consiste en una capacitación de 14 horas en el que se revisa la normativa vial, las reglas de seguridad e información útil para el conductor. En los cursos también se enseña sobre violencia de género y cómo evitar comportamientos violentos.

Posteriormente, se realiza una prueba de pericia. Esta se realiza en un patio de pruebas con el automóvil del conductor y mide la capacidad para estacionarse, la reacción del chofer ante peatones y otros obstáculos.

Si se acreditan las aptitudes suficientes en los tres ejes de la capacitación, Cenfes expide una constancia para que el conductor la lleve ante la Semovi para hacer el canje de su licencia. De lo contrario, se trabaja con el operador en los aspectos a mejorar.

“Nosotros no somos una institución que sanciona porque eso solo abre la puerta a que la gente vea quién le resuelve el problema. Nuestra misión es profesionalizar la labor de este sector y ayudarlos a mejorar”, señala García Olsina.

Cenfes reporta una reducción entre los accidentes viales de los conductores antes y después de capacitarse en la asociación, donde se muestra un aumento de 10 puntos porcentuales entre los conductores que registraron no haber sido parte de incidentes.

Buenos resultados

Actualmente Cenfes atiende a un promedio de 150 personas por día, aunque con su capacidad instalada y su personal podría recibir a 300 personas diarias, explica García Olsina.

Por ello, considera que incluso con el incremento en la demanda que tendrán en los próximos meses – una vez que la autoridad capitalina expida los lineamientos de su actuar – se podrá dar servicio rápidamente.

“Quizás en lugar de darles una cita para el día siguiente se tome cuatro o cinco días, pero no habrá mayor problema”, señala el especialista.

Al respecto, García Olsina pide a los conductores no caer en engaños, pues el sistema de internet que tiene Cenfes lo blinda ante gestores falsos y vendedores de “respuestas” a sus exámenes.

“Le recomendaría a los conductores no tener miedo. Nosotros vamos a hacer las cosas lo más claras y fáciles posibles para ellos. Queremos darles herramientas para su profesionalización”.