El avión presidencial de México volverá al país en las próximas horas tras permanecer más de un año y medio varado en Estados Unidos, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue intentando venderlo pues lo considera un símbolo de la opulencia de sus antecesores.
El pasado 13 de julio, el gobierno federal reveló que estaba considerando una oferta por 120 millones de dólares por el lujoso Boeing 787 Dreamliner operado durante la gestión de su predecesor Enrique Peña Nieto, luego de que un posible comprador no identificado ofreciera pagar una parte en efectivo y otra en equipo médico.
El avión salió con destino a México alrededor del mediodía de este 22 de julio y arribó poco antes de las 3:00 pm (hora de Ciudad de México).
La aeronave tiene 25 metros de ancho y 80 metros de largo, además de que está equipada con sala de juntas, cama king-size y un baño de mármol.
En su reciente viaje a Washington para reunirse con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, López Obrador se desplazó en un vuelo comercial, transporte que emplea habitualmente en las giras por México.
Sigue el compromiso de la compra. Ya incluso hubo una aportación, un anticipo; sin embargo, no hay ningún problema de entregarlo aquí o entregarlo en Estados Unidos
dijo el primer mandatario mexicano.
López Obrador prometió desde la campaña durante las elecciones que lo llevaron al poder en 2018 que se desharía del avión, pero al no encontrar comprador anunció en enero que lo iba a rifar entre la población en un sorteo de la lotería nacional.
Ante las burlas de algunos críticos que arreciaron en las redes por lo aparatoso del premio, aclaró que la aeronave no será el premio de la rifa, sino su valor en metálico.
El dinero procederá de los decomisos de bienes al crimen organizado, mientras que lo recaudado se destinará al sector salud.
Con información de Reuters