El ataque armado en la casa del cardenal Norberto Rivera en la Ciudad de México, el cual dejó un guardia asesinado, pone sobre la mesa una vez más el tema de las agresiones contra los ministros de la iglesia católica, los cuales en el presente sexenio se han incrementado de forma crítica.

Según datos del Centro Católico Multimedial (CCM), ya suman 27 sacerdotes asesinados del 2012 al 2018, todos bajo la actual administración del presidente Enrique Peña Nieto.

Tan sólo en lo que va del presente año han ocurrido siete casos de crímenes, tras el último el 15 de octubre cuando el sacerdote Ícmar Arturo Orta, de la Parroquia San Luis Rey de Francia, en Tijuana, fue secuestrado y luego encontrado en el municipio del Rosarito con impactos de bala.

Según el organismo religioso, la Ciudad de México, Guerrero, Veracruz, Chihuahua y Michoacán se han convertido en las entidades de mayor peligro para los ministros religiosos.

El padre Omar Sotelo, director del CCM, incluso habla del término “clericidio”, el cual engloba todas las agresiones, hostigamiento y persecución en contra de los miembros de la iglesia y recuerda que en octubre ocurrieron cuatro hechos destacables, tres secuestros –uno de ellos terminó en crimen– y el ataque a la casa del cardenal mexicano.

El pasado 21 de octubre a las 15:00 horas, tres hombres armados con el pretexto de entregar un paquete trataron de ingresar a una casa ubicada en la colonia Florida, en la delegación Álvaro Obregón, donde actualmente vive el cardenal Norberto Rivera.

El hecho desencadenó un enfrentamiento, donde uno de los guardias, perteneciente a la Policía Bancaria Industrial (PBI), falleció y un atacante resultó herido. Unas horas después fue detenido en un hospital de Naucalpan, según informó la Procuraduría capitalina.

Las versiones del ataque van desde un presunto intento de secuestro contra Rivera, hasta un plan de homicidio directo o un robo a la casa. El caso continúa en investigación, aunque el sacerdote Hugo Valdemar, ex vocero y cercano a Rivera, indicó que la principal línea de investigación es el robo.

Para el ex sacerdote y uno de los personajes más críticos de Norberto Rivera, Alberto Athié, es lamentable lo que ocurrió, sobre todo porque una persona falleció, pero cuestiona: ¿qué posibles pendientes podría tener el cardenal Rivera para tener guardias de seguridad en su casa?

Es una señal muy fuerte

El padre Omar Sotelo se ha dedicado a recabar información desde el CCM sobre los crímenes contra los ministros de la iglesia católica. Al realizar el trabajo ha concluido que el fenómeno de la violencia se ha agudizado y advierte: “se mata y se ataca a un sacerdote no por ser solo la persona, se ataca a una institución. Un sacerdote en una comunidad es un estabilizador social”.

En entrevista informa sobre la preocupación que existe, sobre todo porque tras el hecho ocurrido con el cardenal Norberto Rivera se demuestra que va en escalada y con figuras de alto rango.

Se mandan una señal muy fuerte: soy capaz de matar a un sacerdote, puedo matar a quien sea

Padre Omar Sotelo

El autor del libro “Tragedia y crisol del sacerdocio en México” destaca que en el presente sexenio, año con año ha ido en aumento la violencia y advierte que esos actos podrían provocar el efecto del silencio en la sociedad.

Sotelo compara lo que vive actualmente la figura sacerdotal con lo que se ocurrió durante la cristada, incluso destaca es algo más fuerte.

Los pendientes de Rivera

El ex sacerdote Alberto Athié es una de las figuras más críticas de Norberto Rivera. El ahora activista acompaña a las víctimas de pederastia en contra de la iglesia católica, sobre lo ocurrido recientemente en la casa del cardenal indica que hay muchas dudas por aclarar.

“Lo que me parece preocupante es qué hace que un arzobispo como Norberto Rivera tenga guardias de seguridad, incluso en su casa, desconozco los motivos. Yo supe que en un momento cuando estuvo como arzobispo de México la autoridad de la ciudad determinó darle guardias porque había gente en la catedral que se metía a protestar”, comenta en entrevista.

Athié agrega que son sabidas las polémicas de la importante figura de la iglesia católica como los pendientes con la Plaza Mariana, la forma en que manejo la Basílica de Guadalupe, o incluso el negocio que hizo con la venta de la imagen de la Virgen de Guadalupe o de la figura del Papa.

Obviamente si después de haberse retirado el cardenal conservaba o alguien le puso a su disposición guardias de seguridad, significa que tiene pendientes posibles ataques o atentados o lo que sea. Entonces la pregunta es: ¿qué posibles pendientes podría tener el cardenal Rivera para tener guardias de seguridad en su casa?

Alberto Athié

Desde su cargo, RIvera despreció a muchas personas, recuerda Athié, entre ellos a las víctimas de pederastia, y aunque aclara que nada amerita este tipo de ataques también descarta que las personas afectadas tomen esas determinaciones porque lo que buscan es que el cardenal responda pero ante la ley.

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