Sunny Arely Villa Juárez
Al ocaso del 2022 aún tenemos temas pendientes por atender en la vida pública del país, especialmente en el sistema fiscal. Financiar una política pública que considere las necesidades de las personas en primera infancia, a las mujeres, jóvenes e indígenas es el gran pendiente.
Espero que, en la época de reflexión decembrina, podamos incorporar en los deseos para 2023 una discusión pública del sistema fiscal. Es imperante que se atiendan los derechos de un mayor número personas; especialmente de quienes han estado históricamente vulneradas.
Para el presupuesto público federal 2023 se establecen, en los diversos anexos, los recursos que se destinarán a las infancias y adolescencias, recursos para la igualdad entre mujeres y hombres, para el desarrollo de los pueblos y comunidades indígenas, entre otros.
Sin embargo, la mayoría de los programas presupuestarios que integran estos anexos carecen de una metodología pública que incorpore objetivos, acciones, metas e indicadores que vinculen el financiamiento público con las acciones para estas poblaciones.
La metodología que se publica durante el paquete económico es un conjunto de porcentajes y cuotas que son auto declarados y que no tienen un sistema de verificación. Además, muchos de estos programas presupuestarios y presupuestos se comparten.
Que nuestro propósito en el 2023 sea salvaguardar el interés superior de la niñez en el sistema fiscal, tal como se establece el artículo cuarto de nuestra constitución.
En el anexo transversal del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2023 se han destinado 899,521.8 millones de pesos, equivalentes al 10.8% del presupuesto total. Este monto deberá ser suficiente para asegurar los derechos de las infancias, quienes representan un tercio de la población mexicana. Así nuestras prioridades.
Avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres
Que entre nuestros propósitos se incluya el avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres en México.
Según el Inegi, las mujeres ya sumamos el 51% de la población en el país. Sin embargo, en el PEF 2023, el presupuesto que se asigna para la igualdad entre mujeres y hombres suma 348,362.4 millones de pesos; es decir, el 4.2% del presupuesto neto total.
Esto es un ejemplo de lo limitado que aún estamos en avanzar hacia la igualdad entre mujeres y hombres en toda la política fiscal.
Que entre nuestros propósitos se incluya el tener un sistema fiscal más incluyente, especialmente con los pueblos y comunidades indígenas. Actualmente, el 6% de la población mexicana mayor de tres años es hablante de alguna lengua indígena.
Sin embargo, el anexo transversal que integra las erogaciones para el desarrollo integral de los pueblos y comunidades indígenas, reconoce 141, 809.2 millones de pesos para esta población; 1.7% del presupuesto federal.
Necesitamos mejorar nuestros anexos transversales. Con metodologías transparentes que reconozcan cuánto y cómo atienden los objetivos por los que fueron creados. Dado que los programas y recursos en los anexos mencionados se comparten, estos deseos no son utópicos.
Es imperante incrementar la inversión en las infancias, poniendo énfasis en los primeros mil días de vida, cuando la inversión es más rentable. Es necesario que la igualdad entre mujeres y hombres se refleje en la ejecución de todo el presupuesto y no sólo de unos cuantos programas.
Requerimos ser más incluyentes, especialmente con las poblaciones que han sido históricamente desatendidas y vulneradas por el sistema. Deseo que la discusión del sistema fiscal reconozca las necesidades de estas poblaciones para el bien de todas y todos.
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