La secretaria de Energía, Luz Elena González, ya está dando a conocer sus cartas credenciales para eventualmente ocupar la Secretaria de Hacienda y Crédito Público a través de limitar los derechos que la petrolera debe pagar.

Su meta es abrir una “ventana de alivio” a Pemex. Este ajuste fiscal se perfila como una jugada estratégica: no solo busca aligerar la carga sobre la petrolera nacional, sino preparar a la empresa para enfrentar los desafíos que la administración federal visualiza en el sector energético.

La idea es que, con menos presión fiscal, Pemex pueda enfocarse en fortalecer su producción y competitividad sin las asfixiantes cargas que ha enfrentado en años recientes.

Luz Elena González, al diseñar este esquema de límite en los pagos, estaría dando el primer paso en lo que podría ser un ajuste más amplio y beneficioso para las empresas productivas del Estado.

Sheinbaum estaría apostando a que González replique esta visión fiscal en un nivel más amplio, reforzando el control sobre las finanzas públicas.

El silencio de la IP

Por otra parte, preocupa el silencio de las principales cámaras empresariales del país, entre ellas Concamin, en torno al Plan Nacional de Energía que presentó este miércoles Claudia Sheinbaum.

El silencio ante la reelección de Donald Trump en Estados Unidos añade otro componente a esta ecuación. Esta vez las cámaras empresariales también han optado por no comentar esto a pesar de que la amenaza de nuevos aranceles y la posibilidad de que el nuevo presidente estadounidense ponga en jaque el comercio bilateral están sobre la mesa.

Al parecer, la estrategia de las cámaras es aguardar a ver cómo se desarrollan los eventos antes de tomar una postura más clara.

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