Muchos son los empresarios que gustan del arte y con el tiempo han acumulado un acervo muy destacado y, sobre todo, muy valioso, con obras de artistas nacionales e internacionales.
Y para muchos el principal representante de esta otra vía de inversión que también conlleva beneficios fiscales es Carlos Slim Helú, que incluso desde 1994 fundó su propio museo, el Soumaya, que complementó con las otras sedes como Plaza Loreto, Plaza Carso y más recientemente Casa Guillermo de Tovar de Teresa, además de la colección estrictamente personal que el empresario presume en las oficinas centrales de Inbursa desde donde despacha actualmente.
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Sin embargo, con mucha más discreción, el verdadero magnate del arte en México es Antonio del Valle Ruiz que con el Museo Kauluz apenas muestra una mínima parte de todas sus colecciones, por lo que ampliar las sedes para la exposición de las mismas es un tema del que pronto podrían darse noticias.
Cerrar ciclos
Quien ya tomó otros retos laborales fue Valentín III Mendoza, quien hasta el viernes pasado se desempeñó como associate director of Equity Research en Actinver, donde dejó un gran hueco por el posicionamiento que logró en poco más de dos años de mudarse a Actinver proveniente de la casa de bolsa Banorte, en la que transitó por diversos niveles como analista bursátil durante los cerca de siete años en los que trabajó en el banco.
Y hasta ahora, y debido a una cláusula de confidencialidad, no es público la empresa financiera a donde se incorporará en un par de semanas, aunque nos dicen que podría ser una correduría internacional.
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Magna celebración
Grupo BMV, que dirige José-Oriol Bosch, está por anunciar todas las actividades que prepara para la magna celebración del siguiente año, y que será por doble vía, es decir, los 130 años de fundación de la Bolsa Mexicana de Valores, y los primeros cinco años del Museo de la Bolsa (Mubo), que ya se convirtió en toda una referencia en el ámbito bursátil sobre todo entre la población más joven.
Pero la celebración tomaría todavía más relevancia si la condición del financiamiento bursátil, específicamente acciones, fuera otra y regresarán los anuncios de la llegada de nuevas emisoras para no sólo compensar los nombres que se han perdido en los últimos años, sino aumentar la penetración del mercado.
Y esto no es exclusivo de la BMV, sino del mercado en conjunto, y no se diga de la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), cuyas promesas de nuevas emisoras y mayor dinamismo del mercado se quedaron sólo en eso, en promesas.