El reciente anuncio de la futura presidenta Claudia Sheinbaum para la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) parece comenzar a dejar diversos comentarios ante la decisión de nombrar a José Antonio Peña Merino como titular. 

Este movimiento, es más que esperado. Previamente se adelantó en EL CEO que, de ganar la presidencia, Claudia Sheinbaum Pardo integraría al extitular de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) a su gabinete.

Desde su gestión en la Ciudad de México, Merino ha generado desconfianza entre los miembros más cercanos del equipo de Sheinbaum, tanto por su estilo personal como por sus conexiones con medios de comunicación españoles.

No obstante, la inclusión de Pepe Merino en el gabinete se justifica por los avances significativos conectividad y simplificación de trámites durante su tiempo en la ADIP, logros que fueron ampliamente aplaudidos.

 La información y el control digital que manejó fueron elementos clave en la campaña electoral de Sheinbaum, lo que resalta su importancia en los planes de digitalización y recaudación del nuevo gobierno federal.

Se suman sus relaciones con empresas como Cisco, que lo convierten en una pieza crucial para la administración entrante para un proyecto a larga escala para el sector de telecomunicaciones. 

A pesar de estos éxitos, la preocupación de diversos sectores de la sociedad civil se centra en su manejo de vastas bases de datos, particularmente en términos de privacidad y el uso de la información personal.

¿Adiós Jorge Islas Samperio?

“Mucho ruido y pocas nueces” es la impresión que dejó el asesor de energía de Claudia Sheinbaum, Jorge Islas Samperio. El académico no ha tenido contacto con las asociaciones empresariales de energías limpias desde el 2 de junio.

Su ausencia ha generado quejas, especialmente de organizaciones como la Asociación Mexicana de Hidrógeno.

Durante la campaña de Sheinbaum Pardo, Jorge Islas, estuvo en contacto con las organizaciones prometiendo la apertura del mercado debido a que la apuesta del siguiente gobierno es la de desplazar al sector de los hidrocarburos.

La falta de contacto y el aparente desinterés en las energías limpias sugieren que Islas no será considerado para cargos clave como la Secretaría de Energía o Petroleos Mexicanos (Pemex). 

Los que saben dicen que le hace falta “colmillo” y eso mismo podría relegarlo a una posición “menos influyente”, como el Instituto Mexicano del Petróleo, aunque esto va en contra de su especialización en energías limpias, pero sí se ubica como el premio de consolación. 

Otra de las preocupaciones de Sheinbaum es la próxima lucha entre quién quede al frente de Pemex y el titular de la Secretaría de Energía. Históricamente, los líderes de estas instituciones han tenido enfrentamientos. 

Para ella, la estabilidad financiera es primordial, por lo que busca dos perfiles financieros que puedan coordinarse con Hacienda.

La pregunta es si la política interna no prevalecerá, haciendo que este objetivo fracase y la grilla triunfe, esto porque se ha manejado la versión desde el Palacio del Ayuntamiento que la familia Batres “ya le está pidiendo Pemex”. 

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