Esta no es mi historia, es la historia de una clienta que estuvo a punto de ser estafada por personas que se hicieron pasar por empleados de Citibanamex.

El 26 de julio de 2022 mi clienta, pero ante todo, amiga de mi familia, acudió a una sucursal de Citibanamex en la Ciudad de México para hacer el pago de su tarjeta de crédito.

Hasta ahí, era un día como cualquier otro hasta que un cajero, quien fue muy insistente, le dijo que tenía aprobada una tarjeta de crédito y, aunque ella tenía sus reservas, accedió. 

A los pocos días, recibió una llamada en su celular y en la pantalla aparecía el número que está detrás de las tarjetas Citibanamex: el 5512262639. Contestó porque ¡vamos! era el número del banco.

La voz de una mujer le dijo que llamaba de Citibanamex para informarle que alguien había intentado entrar en su banca en línea. Después del susto inicial esta persona, llamémosla “la malandrina” le dijo que no se preocupara y aquí viene lo interesante, ya que como en los muchos, muchísimos casos de fraudes bancarios, “la malandrina” incluso logró confundir a su víctima dándole su nombre, su número de cuenta y hasta la dirección que aparece en el estado de cuenta.

¿Cómo vas a desconfiar si la persona que te está llamando desde un número que, claramente, es el del banco y te está proporcionando información confidencial?

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Banca en línea, el primer filtro

“La malandrina” le pidió a la víctima que entrara a su banca en línea para cerciorarse de que todo estuviera en orden y mantenerse al pendiente de cualquier aviso por un cargo no reconocido. En cuanto ella entró al portal del banco, le apareció una notificación por un cargo de 110,000 pesos en su tarjeta de crédito y entró en pánico.

Imaginemos lo que puede implicar para la economía de cualquier persona el tener una deuda con un banco por esa cantidad ¿qué quincena aguantaría ese impacto? ¿cuántos años le tomaría a un empleado promedio el liquidar ese adeudo junto con los intereses?

Sin embargo “la malandrina” la tranquilizó diciéndole que en ese momento revisarían los movimientos y bloquearía el acceso a la banca electrónica y, efectivamente, le fue indicando todos los cargos del mes anterior, es decir, la estafadora tuvo acceso a su información bancaria.

Vamos, incluso la supuesta empleada de Citibanamex le proporcionó una contraseña para que ella accediera a su propia cuenta, no la que ella usaba usualmente, el absurdo absoluto.

De pronto, los 110,000 pesos aparecieron en la cuenta corriente de mi clienta, los defraudadores los habían transferido desde de su propia tarjeta de crédito. Ella intentó cambiar la contraseña, pero el sistema no se lo permitió.

La supuesta empleada le dijo que no se preocupara y que cerrara la sesión, le dio su nombre junto con un folio y quedó de llamarle al día siguiente y, finalmente, la instruyó para que por seguridad no hablara con nadie, la misma maniobra de incomunicación utilizada en los secuestros virtuales.

Sin embargo, eso fue lo que salvó a mi clienta, en cuanto la llamada terminó marcó al mismo número de Citibanamex para recibir otra descarga de adrenalina: ellos no la habían llamado.

Fraude elaborado

Como mujer de palabra, “la malandrina” volvió a llamar al día siguiente, pero para entonces, mi clienta estaba consciente de tres cosas: que se trataba de un fraude, que tenían sus datos personales y que, al final del día, el dinero estaba en su cuenta.

Le mentó la madre en diversos tonos, terminó la llamada y se fue corriendo a una sucursal diferente.

En la nueva sucursal, y no obstante que se trataba de una emergencia, les tomó horas atenderla y, cuando llegó su turno, un ejecutivo le explicó que alguien se había metido en su cuenta y aceptó una promoción que el banco le estaba brindando: una disposición en efectivo de hasta 160,000 pesos.

Dicha promoción resultó de lo más curioso, ya que a ella nunca le llegó la notificación de la supuesta promoción. Obviamente, en la sucursal no se pudo resolver nada y le indicaron que llamara, de nuevo, al servicio de atención a clientes.

Al enterarme, analicé con ella los detalles y presentamos una queja ante la Unidad Especializada de Atención a Usuarios de Citibanamex. Enviamos el correo electrónico con una detallada descripción de los hechos señalando que lo único que quería era que le permitieran devolver el dinero.

Para nuestra buena fortuna, se recibió una respuesta casi de inmediato por parte del banco, señalando que el crédito se encontraba cancelado; ella volvió a respirar.

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Redes sociales, una alerta

El caso explotó ya que, desde el inicio, ella subió un video a TikTok que se volvió viral (con 4.8 millones de vistas y más de 218,000 interacciones) con el fin de alertar a otros usuarios.

El video generó miles de comentarios de personas que compartieron sus propias historias de fraudes similares con los grandes bancos como BBVA, HSBC, Santander y, claro, el propio Citibanamex

Claramente, estamos viviendo una crisis por el spoofing telefónico que, ni las autoridades ni los bancos, como gremio, la están atendiendo.

Lo que si sé es que pude conversar con directivos del área de comunicación de Citibanamexquienes me compartieron que están por lanzar un ambicioso plan para combatir este tipo de fraudes, que incluye, además de una fuerte inversión económica, mejoras en su plataforma de evaluación de riesgo de fraude y en los sistemas de monitoreo para tarjetas de crédito y banca electrónica.

“No sé que estén haciendo en los otros bancos, pero nosotros estamos trabajando duro para combatir estos fraudes”, me dijeron.

En una próxima entrega compartiré mi análisis sobre este proyecto. Cualquier esfuerzo para prevenir estos fraudes debe ser bienvenido, porque me queda claro que los delitos de “cuello blanco” pueden llegar a destrozar familias o costarle la vida a alguien.