En la mitología griega hay un personaje llamado el rey Midas. Un hombre al que le regalaron el poder de transformar todo lo que tocaba en oro. Miles de años después y en el otro extremo, han surgido empresas de tecnología que a pesar de ser líderes en sus industrias, convierten en basura lo que tocan. 

Facebook es una de ellas. En sus inicios Instagram era una plataforma para ver fotos de amistades, familiares, marcas y celebridades. Desde 2012, año en que fue adquirida por la empresa de Mark Zuckerberg, esta red social ha perdido todo su encanto.

Poco a poco y con muchas funcionalidades añadidas supuestamente pensadas en mejorar la experiencia del usuario, Instagram es el nuevo Facebook. Publicidad constante, contenido poco original, fake news, censura a imágenes, videos en formatos que no tienen mucha diferencia y un bombardeo constante de influencers que te invitan a comprar sus cursos o productos. 

Es el día a día de una app que en su momento llamó la atención por su simplicidad y calidad de contenidos. 

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Vivir dentro de la familia de Meta le ha costado a Instagram perder usuarios y relevancia ante su competencia TikTok, que goza de popularidad por su frescura y aún no se ha convertido en un escaparate de marcas comerciales. 

El desastre de Comixology

Instagram no es un caso aislado de empresas tecnológicas que tienen un producto interesante y son adquiridas por un miembro de las Big Tech con resultados negativos. ¿Alguien recuerda que Google compró Motorola en 2012? La que alguna vez fue marca líder en telefonía hoy es sinónimo de obsolescencia.

Ese mismo año Microsoft compró Skype, una plataforma de comunicación virtual muy usada y bastante sólida. Diez años después Zoom, Google Meets y otras apps de reuniones virtuales le comieron el mercado en solo unos meses durante la pandemia. 

Pareciera que en lugar de ayudar a crecer y llegar a más personas, ser comprado por un líder tech es lo peor que te puede pasar. Pregúntenle a Comixology. 

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Se trata de una plataforma para leer cómics y novelas gráficas en formato digital. Comixology tiene un amplio catálogo que abarca contenido de Marvel, DC y muchas editoriales independientes. 

Cuando surgió en 2007 se volvió una app consentida de los lectores de tebeos en todo el mundo gracias a sus precios, ofertas especiales y variedad. No le pedía mucho a la experiencia de ir a una tienda y comprar una historieta. 

Hasta que llegó Amazon en 2013 con mucho dinero en sus bolsillos y dispuesto a agarrar una gran porción del mercado de comics. El gigante del retail de Jeff Bezos vio una oportunidad económica muy redituable. Tan solo el año anterior, Comixology había vendido poco más de 4 billones de páginas de cómics. Así de grande era la tajada de pastel.

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Durante mucho tiempo Comixology no sufrió grandes cambios bajo Amazon. Pero en febrero de este año el servicio se integró de forma completa a la plataforma de Bezos y la aplicación desapareció. 

Ahora, para encontrar un título de alguna editorial tienes que buscarlo en Amazon. Sí, entre tus resultados de búsqueda te pueden aparecer pañales, comida para perros, accesorios de cocina y ropa interior. Algo parecido a ir a la librería Ghandi y tener que buscar un libro pasando la sección de licuadoras y lavadoras y antes de llegar a donde venden llantas. 

Comprar antes que innovar

En redes sociales se ha reportado que los clientes internacionales de Comixology ya no pueden comprar. Que compras hechas previamente han desaparecido y que las ofertas de comics a precios muy atractivos solo funcionan en Estados Unidos. Hasta el creador de la app acaba de anunciar que deja su rol como directivo de la misma para integrarse a otras actividades dentro de Amazon. 

Más allá de los inconvenientes que hemos sufrido los coleccionistas de cómics, hay un tema muy importante que es parte del manual de operación de las Big Tech: compra a tu posible competencia antes de que se vuelvan un peligro.

Al hacerlo, empresas como Meta, Microsoft, Amazon, Google y otras más, se ahorran competir por un mercado y eliminan los costos de lidiar en un futuro con empresas que podrían quitarles el trono en un sector determinado. 

Pero en el proceso, con estas adquisiciones o fusiones, matan la innovación. Porque como empresario en el sector de la tecnología resulta más atractivo crear un producto y esperar a que te compren, a tratar de crecer en tu mercado y asumir los riesgos que implica. 

Como emprendedor en tecnología, por qué arriesgarse a la incertidumbre cuando Bezos o Zuckerberg pueden llegar a darte una nueva vida. Con su toque del rey Midas. 

*Omar Flores es fundador de Black Cherry Contenidos y experto en marketing digital y tecnología. Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor.