Poco después de asumir el cargo de CEO de la Fundación Bill y Melinda Gates en febrero de 2020, Mark Suzman se reunió con Warren Buffett, entonces fideicomisario de la organización, quien le hizo una advertencia sobre la fundación.
“Me dijo que mi trabajo más importante era protegerme del ‘ABC’ de los riesgos de decadencia que enfrentan todas las organizaciones de gran tamaño: la Arrogancia, Burocracia y Complacencia”, escribió Suzman en un correo electrónico reciente a los empleados de la fundación, de acuerdo con Business Insider.
No es un consejo totalmente nuevo. El inversionista multimillonario y CEO de Berkshire Hathaway, quien donó un total de 33,000 millones de dólares a la fundación y renunció como su fideicomisario en junio, advirtió sobre esas fuerzas en el pasado.
En 2014, en una carta a los accionistas de Berkshire Hathaway, expresó que cuando se jubile una gran parte del trabajo de su reemplazo será protegerse de esas mismas amenazas.
Añadió que “cuando estos cánceres corporativos hacen metástasis, incluso las empresas más fuertes pueden fallar”.
El ‘Oráculo de Omaha’ puso a General Motors, IBM, Sears Roebuck y US Steel como ejemplos de titanes corporativos que alguna vez parecieron tener un dominio indiscutible en sus industrias.
“El comportamiento destructivo que deploré anteriormente finalmente llevó a cada uno de ellos a caer en profundidades que sus directores generales y directores no mucho antes habían considerado imposibles”, señaló.
Buffett escribió que la estructura de su empresa se estableció para minimizar la burocracia y señaló que al no tener departamentos de recursos humanos, relaciones públicas, relaciones públicas, legales, adquisiciones y otros departamentos en su sede, Berkshire ahorra dinero y aumenta su eficiencia.
El magnate apuntó que la red descentralizada de subsidiarias autónomas de Berkshire, respaldada por una cultura de confianza, actúa como el “antídoto ideal para la burocracia”.
En su opinión, es preferible “sufrir los costos visibles de algunas malas decisiones que incurrir en los muchos costos invisibles que provienen de decisiones tomadas con demasiada lentitud, o nada en absoluto”, detalló en otra carta a accionistas en 2009.