Virgin Atlantic se declaró en bancarrota en Estados Unidos, la segunda aerolínea del grupo que lo hace durante el transcurso del año.
La empresa, que es 51% propiedad de Grupo Virgin y 49% propiedad de Delta Airlines, se acogió al capítulo 15 del Código de Bancarrota de los Estados Unidos para protegerse de los acreedores, pues ese rubro permite a un deudor extranjero proteger sus bienes mientras pasa por un proceso de reestructura en su país de origen.
La aerolínea cerró su base de Gatwick y eliminó más de 3,500 puestos de trabajo para hacer frente a las consecuencias de la pandemia de COVID-19.
En la presentación de Virgin Atlantic en el tribunal de quiebras en el distrito sur de Nueva York, dijo que negoció un acuerdo con las partes interesadas “para una recapitalización consensuada” que sacará la deuda de su balance y “la posicionará inmediatamente para un crecimiento sostenible a largo plazo”.
La aerolínea destacó que las reservas se han reducido en 89% en comparación anual y que la demanda actual para la segunda mitad de 2020 se encuentra en aproximadamente 25% de los niveles de 2019. Virgin Atlantic también es propietaria de Virgin Atlantic Holidays, un negocio de operadores turísticos, y de Virgin Atlantic Cargo.
En julio la empresa consiguió un acuerdo de rescate con los accionistas por 1,500 millones de dólares, plan que se ejecutaría por 18 meses. Dicho plan elimina la necesidad del apoyo que buscó en el gobierno británico durante abril.
Una vocera de la aerolínea dijo a Reuters que el plan de reestructuración también estaba ante un tribunal británico “para asegurar la aprobación de todos los acreedores relevantes antes de su implementación”. “El proceso está en marcha con el apoyo de la mayoría de nuestros acreedores”, añadió.
“Delta” dijo que apoyaba el plan y que era “optimista” en cuanto a que ayudaría a Virgin Atlantic a “mantener su posición” en el mercado de los viajes.
El grupo de origen británico ha sufrido fuertemente los estragos de la pandemia, pues otro de sus componentes, la aerolínea de Australia se declaró en quiebra en abril, por lo cual Richard Branson, su fundador solicitó el apoyo del gobierno, sin embargo le fue negado pues 90% de los inversionistas de la aerolínea son extranjeros.
Pero la pandemia no ha frenado a Virgin Galactic, que tiene en la mira la producción de naves comerciales que superen la velocidad del sonido, para lo cual se aliaron con la fabricante de autos Rolls-Royce.
Con información de Reuters