La industria de la moda registró una de las adquisiciones más sonadas de los últimos meses, luego de que Prada lograra concretar la compra de su rival más pequeño Versace, a Capri Holdings, por 1,375 millones de dólares.
El anuncio llega en un momento en el cual Prada busca incrementar su presencia en el mercado luego de la desaceleración vivida en la industria del lujo; mientras que Versace ha vivido un momento complicado ante las pérdidas de los últimos trimestres.
Asimismo, significa una inyección para revitalizar la moda italiana en un momento en el cual los conglomerados franceses, encabezados por LVMH, lideran el sector.
El presidente de Prada, Patrizio Bertelli, aseguró que su objetivo con Versace es dar continuidad al legado de la marca, al tiempo que se encargarán de reinterpretar “su estética audaz y atemporal”.
La noticia se hizo oficial luego de que el pasado 13 de marzo se anunció la salida de Donatella Versace como directora creativa de la marca fundada por su hermano Gianni. La exdirectiva ha elogiado la nueva asociación.
Versace le sale caro a Capri
El precio pagado por Prada a Capri a cambio de Versace está muy por debajo de los 2,150 mdd que la estadounidense desembolsó en 2018 a la familia fundadora y a Blackstone.
Previo a que se concretara la transacción entre las firmas italianas y antes de la reciente turbulencia del mercado por los aranceles, el mercado había manejado una valoración de alrededor de 1,700 mdd.
La llegada de Versace a Prada permitirá ampliar su cartera de clientes debido a que sus estampados atrevidos contrastan con el estilo minimalista que los representa.
Versace tiene un potencial enorme. El camino será largo y requerirá una ejecución disciplinada y paciencia
afirmó Andrea Guerra, CEO de Prada.
Con información de Reuters
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