Las empresas de viaje bajo demanda como Uber, Cabify e Easy llegaron a la Ciudad de México a revolucionar la forma de traslado de sus habitantes; sin embargo, los usuarios todavía prefieren ocupar los sistemas de transporte público más que el semiprivado.

El número de viajes realizados en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), aumentó 58% en una década, al contabilizarse 34.6 millones de traslados entre semana durante 2017.

La frecuencia de viajes en sistemas semiprivados como taxis, ya sea de sitio calle o aplicación (Uber, Cabify e Easy), se contrajo 33.3% al cerrar el año pasado en 1.1 millones de traslados en el mismo lapso, revelan datos de la última Encuesta de Origen Destino en Hogares de la ZMVM del INEGI, elaborada en 2017.

En contraste, el Sistema Colectivo Metro es el medio de transporte que registró el aumento más grande en la frecuencia en que los usuarios lo utilizaron. Este pasó de 1.2 millones de viajes en 2007 a 4.5 millones el año pasado y el de transporte privado (auto propio, motocicleta, bicicleta) creció 7.3% a 7.3 millones de viajes.

Quienes viajan por la ZMVM han preferido al transporte público sobre el semiprivado e incluso sobre el automóvil propio, el cual registró un crecimiento moderado en 10 años.

Estas aplicaciones llegaron a cambiar la forma de viajar, pero no ofrecen una solución a la congestión vial que hay en la Ciudad de México, lo que no se traduce en una menor cantidad de vehículos en la calle. Aunque tiene precisos competitivos, menos de la mitad de los mexicanos cuenta con tarjeta de crédito o débito, dejando como opción el transporte público

dijo Bernardo Baranda, director regional de Latinoamérica del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés). 

Baranda agregó que con la presencia de estas empresas, lo único que se tiene es una mayor oferta en el modo de transportarse, pero se requiere una mayor infraestructura que privilegie al transporte público, el uso de bicicleta y el caminar.

De acuerdo a estimaciones de la empresa de movilidad TomTom, en el 2017 el nivel de congestión vial en la CDMX alcanzó 71% de tiempo extra durante el viaje, lo que significó cinco puntos porcentuales más que el año previo.

Además de sumar un mayor tiempo de traslado, genera 109,000 toneladas anuales de óxido de nitrógeno y más de 72,000 toneladas de compuestos orgánicos volátiles principales contaminantes, precursores de ozono, asimismo se generan anualmente 56 millones de gases de efecto invernadero, de las cuales el 49% provienen de las fuentes móviles, según el Inventario de Emisiones de Contaminantes en la capital del país.

La ZMVM está conformada por las 16 delegaciones de la Ciudad de México y por 59 municipios conurbados del Estado de México y en Tizayuca, Hidalgo y suma a 19.3 millones de personas de seis o más años de edad.

De este total de la población, el 80.8% realiza al menos un viaje en un día entre semana, donde el 50.9% utiliza transporte público y el 22.3% transporte privado, de acuerdo al INEGI.

Taxis, reinventarse o morir

La llegada de las empresas de viaje bajo demanda a México ocasionó que los taxis tradicionales no las recibieran de la mejor manera, ya que habían tenido el monopolio del negocio por décadas.

El número de taxis en la capital del país asciende a las 120,000 unidades, pero de 2013 a la actualidad, este número ha descendido casi 10%, lo que se explicaría a una mayor regulación y a la entrada de Uber, a México, de acuerdo al Diagnóstico y Proyecciones de la Movilidad del Distrito Federal 2013-2018’ publicado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad de la UNAM.

“Los taxis que puedan adaptarse a las nuevas tecnologías y a las necesidades de los usuarios son quienes van a sobrevivir. Uno de los puntos fuertes que pueden tener frente a las tecnológicas es el manejo de rutas y de la Ciudad”, comentó el director para Latinoamérica de ITDP, Bernardo Baranda.

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