Los mercados tuvieron una semana negra, pero la de Tupperware fue aún peor: se convirtió en un ángel caído después de que la calificación crediticia de su deuda corporativa, que tenía grado de inversión, fue degrada a nivel basura por dos agencias calificadoras.

Moody’s redujo la nota de la empresa de venta directa de contenedores para alimentos en cuatro escalones el jueves, un día después de que S&P Global Ratings también recortó la calificación. Ambas tienen perspectiva negativa.

El precio de los bonos con vencimiento en 2021 cayó a 84 centavos y el rendimiento se disparó hasta un máximo intradía de 20%.

Entre las razones que dieron los especialistas de Moody’s está la caída en ventas de entre 12 y 13% en 2019 y de 8.25% en 2018, sumada al anuncio de Tupperware de retrasar la entrega de sus estados financieros de 2019 debido a que debía investigar el impacto de errores de contabilidad detectados en Fuller de México.

La empresa estima que registrará un cargo de alrededor de 31 millones de dólares en 2019 por Fuller

Esas fueron también las causas de que la acción de la empresa perdiera 45% el martes, respecto a la jornada previa, y 52% en la semana.

Hasta el momento, hay al menos cinco demandas de acción colectivas iniciadas contra Tupperware por firmas de abogados en Estados Unidos.

Deuda corporativa: ¿una bomba de tiempo?

En febrero, Kraftz Heinz Co. también se unió a la lista de ángeles caídos, mientras que el gigante automotriz Renault y la cadena de tiendas departamentales Macy’s están a punto hacerlo, pues esta semana sus bonos fueron degradados a basura por una agencia calificadora.

En el mercado corporativo de deuda de Estados Unidos, “crecen los temores de que una desaceleración en el crecimiento económico provocará que miles de millones de dólares de deuda caigan en grado especulativo. Analistas de UBS anticipan que 90,000 millones de dólares de deuda con grado de inversión podrían fluir al mercado de bonos basura este año”, detalló Bloomberg.