Los trabajadores de Boeing iniciaron un paro de labores que ha detenido la producción del 737 MAX —el modelo más vendido de la compañía— después de que el personal rechazara abrumadoramente un nuevo contrato laboral.

Esto representa otro tropiezo para el fabricante de aviones, que ha estado luchando por aumentar la producción y restaurar su reputación luego de la crisis de seguridad por diversos accidentes por errores de ensamblaje.

El sindicato de la compañía votó en un 94.6% en contra de un acuerdo provisional que Boeing y la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM) dieron a conocer el domingo. Los trabajadores votaron en un 96% a favor de una huelga, mucho más que los dos tercios necesarios para un paro laboral.

Haremos huelga a medianoche por prácticas laborales injustas, conducta discriminatoria, interrogatorios coercitivos, vigilancia ilegal y promesas ilegales de beneficios

dijo Jon Holden, presidente del Distrito 751 de la IAM.

La propuesta provisional incluye aumentos salariales del 25% en cuatro años y otras mejoras en los beneficios de salud y jubilación, aunque el sindicato había solicitado alrededor del 40%. Pero los trabajadores se quejaron del acuerdo argumentando que no cubría el aumento del costo de vida.

El impacto de la huelga en las finanzas de Boeing

Boeing dijo en un comunicado que continuarán con la negociación para restablecer la relación con sus empleados y el sindicato, aunque señaló que buscará alcanzar un nuevo acuerdo, dijo que el presentado fue el mejor que ha “presentado jamás”.

El acuerdo provisional incluía que la compañía prometió construir su próximo avión en el área de Seattle, en un intento de ganarse el apoyo de los trabajadores después de que la compañía trasladara la producción del 787 Dreamliner a una fábrica no sindicalizada en Carolina del Sur.

La votación supone un duro golpe para el nuevo director Kelly Ortberg, que lleva cinco semanas en el cargo. Un día antes había instado a los trabajadores a aceptar el contrato, argumentando que la huelga pondría en peligro la recuperación de la empresa.

Aunque el impacto final de la huelga dependerá de su duración, la última vez que el sindicato se fue a paro laboral en 2008, duró casi dos meses. Sheila Kahyaoglu, analista aeroespacial de Jefferies, estimó que el impacto en efectivo de una huelga en 30 días podría representar un golpe de 1,500 millones de dólares (mdd).

La huelga podría desestabilizar a los proveedores y las cadenas de suministro. El acuerdo provisional habría tenido un impacto anual de 900 mdd si se hubiera aprobado

dijo Kahyaoglu.

Con información de CNBC

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