La pandemia trajo consigo una realidad que llegó para quedarse y que en México incluso ya es una actividad: el teletrabajo.
En diciembre pasado, el Senado de la República aprobó el dictamen que reforma la Ley del Trabajo en materia del trabajo remoto en casa, también conocido como home office, que establece que si los trabajadores realizan el 40% de sus labores bajo esa modalidad, se considera como tal.
La principal herramienta del teletrabajo es la conectividad a internet, algo que para especialistas de la industria supone un importante desafío a nivel de inversiones y certeza jurídica para los concesionarios, puesto que de ello dependerá su éxito o fracaso hacia adelante.
Las telecomunicaciones, al ser una industria que todo el tiempo destina recursos para ofrecer mejores servicios, requieren certeza jurídica sin distingo del tamaño del concesionario, puesto que todos invierten, dijo a EL CEO Sandra Rodríguez, abogada especializada en telecomunicaciones.
Y justo ahí es donde veo que puede venir un retroceso fuerte: no tanto de la necesidad de las empresas por querer ofrecer mejores servicios, sino en la incertidumbre de invertir en donde no hay garantías
La especialista añadió que, justo ante la necesidad constante de inversión por parte de los jugadores de la industria, los servicios ofertados no pueden ser gratuitos, puesto que hay un costo y ‘no hay dinero que alcance’.
IFT, relevante
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) es una entidad que está regulando una serie de asuntos a nivel económico, técnico, financieros y legales para que los concesionarios puedan tener la certeza de que el dinero que están invirtiendo va a ser viable para un proyecto, agregó Rodríguez.
Sin embargo, la abogada enfatizó que si no existe esa certeza, los concesionarios no van a invertir, lo que a su vez se va a traducir en falta de servicios de calidad, un escenario que el gobierno no va tener la capacidad de soportar.
En ese sentido, la especialista consideró grave que, ante la alta demanda de conectividad que trajo consigo la pandemia, ahora se pretenda ‘dejar solos’ a los concesionarios y a los usuarios.
Esto, ante la propuesta de desaparición del órgano regulador por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, puesto que ‘las telecomunicaciones son prácticamente el único medio para estar conectado’.
La CANIETI, por su parte, mostró su preocupación respecto a la propuesta, a pesar de reiterar su insistencia en la necesidad de avanzar rápido a la desconcentración del sector y a la eliminación de ventajas del preponderante.
Consideramos que se requiere continuar con un órgano autónomo que siga contribuyendo al cierre de la brecha digital, a la prestación de más y mejores servicios en favor de los consumidores y a fomentar la competencia en el sector
Hace unas semanas, el comisionado Javier Juárez Mojica dijo a EL CEO que entre los principales desafíos del IFT están el robustecimiento de la eficiencia interna y la certidumbre a las inversiones en los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión.
Mejores servicios, otro reto
En un escenario de teletrabajo, la mejora de condiciones en los servicios de telecomunicaciones incrementaría el costo de los mismos y daría paso a la generación de nuevos contratos.
En México, la calidad de los servicios se ha basado en cuestiones que en la industria se denominan como best effort, que tienen por objetivo ofrecer precios atractivos al consumidor, comentó Fernando Borjón, excomisionado del IFT.
El también miembro de la Junta de Reglamento de Radiocomunicaciones de la UIT señaló que el servicio de internet que garantice la velocidad ‘siempre es un reto de calidad’ que, si bien es posible, implica un alza en los costos.
Para Borjón, las empresas deberán definir cómo garantizar los servicios para el teletrabajo, en tanto que los esfuerzos para lograrlo estarán en función de la disponibilidad de quien desempeñe el trabajo, en una clara relación costo beneficio.