Que los precios de la energía eléctrica se hayan disparado en México es consecuencia directa de la administración saliente de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) porque, como política pública, se buscó una mayor participación del gobierno en el mercado, consideró la agencia Moody’s esto a días de que se dieran los apagones y en medio de la cuenta regresiva de las elecciones federales.
A partir de la publicación del reporte “Necesidades energéticas favorecen a empresas generadoras de energía, la calificadora” expuso que el desarrollo de proyectos nuevos desde el ámbito público marcó más la falta “de un marco de políticas favorables” para el sector privado y sobre todo el impacto en las tarifas de energía.
Entre los ejemplos que el gobierno implementó y que generaron una volatilidad regulatoria se encuentra la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que es la única en desarrollar un ducto de generación.
Mientras que el gobierno “presenta retrasos en el otorgamiento de permisos para la generación de energía al sector privado”, o más aún, interfiere, “desalentado efectivamente la adición de nueva capacidad durante los últimos años”.
“Como consecuencia, los precios de la energía eléctrica se dispararon, lo que impulsó las fusiones y adquisiciones en el sector”, se lee en el análisis.
Sin embargo, las fusiones y adquisiciones no reflejan el dinamismo del sector eléctrico mexicano, “sino más bien la falta de él y la necesidad de contar con más infraestructura de generación eléctrica. lo que beneficia a los propietarios y operadores de los proyectos existentes de energía eléctrica”.
Las últimas adquisiciones en el sector eléctrico implicaron una capacidad considerable de generación de 12.7 gigavatios (GW), alrededor del 15% del total del país, pero no han agregado nueva capacidad instalada al sistema.
La agencia también anticipó que la política pública de AMLO genere que los altos precios de la energía eléctrica continúen al menos hasta mediados de 2025, más en un escenario de temperaturas que superan los niveles históricos y un aumento de las operaciones de nearshoring.
Se suma “el crecimiento de la demanda que ha sido mayor al esperado, a un ritmo anual del 3.8%. Especialmente, la demanda anual de electricidad aumentó un 3.9% en 2022 y alrededor del 3.8% en 2023, cifras que superan significativamente las proyecciones de la Secretaría de Energía, que prevé una tasa de crecimiento anual del 2.5% en los próximos años”.
¿Con plan de AMLO se alcanzarán los objetivos para la energía renovable?
En ese sentido, la falta de claridad en la actual política de transición energética reduce las posibilidades de que México alcance los objetivos de energía renovable a corto y mediano plazo, señaló la agencia.
Explican que las empresas no financieras de México van a ser las que enfrenten mayormente un riesgo externo, como el de descarbonización, “ya que los acreedores internacionales favorecen cada vez más a las empresas que buscan reducir sus emisiones y diversificarse hacia actividades rentables de bajas emisiones de carbono”.
“El acceso limitado de México a fuentes de energía limpia se aleja de los objetivos sostenibles a largo plazo y los planes de descarbonización de cualquier empresa multinacional que esté considerando trasladar su producción a México”, mencionó Moody´s.
Nuevo gobierno federal, ¿con retos y oportunidades?
El próximo gobierno de México, que comenzará su mandato de seis años en octubre de 2024, tendrá la oportunidad de establecer un plan claro de transición energética con políticas transparentes y suficiente capacidad de generación y transmisión para cumplir sus objetivos.
“El rápido aumento del consumo eléctrico en el país requiere un plan de acción claro que mantenga la estabilidad del sistema y garantice la disponibilidad de energía para clientes residenciales e industriales”, señaló.
Con Claudia Sheinbaum, el escenario apunta a mantener prácticamente intacta la política energética de la administración actual, con pequeñas desviaciones con respecto a la estrategia de generación de energía del gobierno de López Obrador, mencionó Moody’s.
Por otro lado, con Xóchitl Gálvez se prevé que se pueda reabrir el sector eléctrico de México a la inversión privada y reactivar las subastas eléctricas en el largo plazo. Se suma que el desarrollo de proyectos de energía renovable es uno de los cinco objetivos principales, más para cubrir las necesidades de electricidad del nearshoring.
“Las propuestas de Jorge Álvarez Máynez para el sector eléctrico mexicano consisten en la conversión gradual de la CFE en una empresa estatal de energía limpia”.
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