Las discusiones entre el consorcio que lidera Talos Energy y Petróleos Mexicanos (Pemex) para controlar el campo Zama es una prueba para la inversión extranjera y las expectativas de los inversionistas bajo la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con el Financial Times.

Talos Energy, Premier Oil y Wintershall DEA son las firmas que descubrieron el campo Zama en 2017 y que puede aportar cerca de 700 millones de barriles, sin embargo, Pemex busca hacerse del control.

Las pláticas entre Pemex y Talos Energy se han estancado, hecho que le preocupa al sector energético y que al mismo tiempo limita la participación de privados en este rubro.

No entiendo a quién beneficia un retraso – no somos nosotros, o la llegada del primer petróleo, o los trabajadores o el Tesoro – no podemos averiguar quién más se beneficia, excepto Pemex,

dijo el CEO de Talos Energy, Tim Duncan, al Financial Times.

Incluso el director de Pemex, Octavio Romero, considera que el pleito no tendrá una solución rápida.

“Pemex demanda una división 50-50  del proyecto y quiere operarlo pese a sus frágiles finanzas y falta de experiencia para trabajar a las profundidades del campo Zama”, detalla el diario británico.

Con la explotación del campo Zama se incrementaría la producción de petróleo en 2023, año en el que Pemex prevé bombear cerca de 2.6 millones de barriles por día. Actualmente la firma que dirige Romero produce 1.7 millones de barriles diarios. 

Lo que más nos preocupa es que nos estén haciendo esperar, que la estrategia es una expropiación de facto,

dijo otro ejecutivo del consorcio que habló bajo condición de anonimato. 

El contrato del consorcio expira en septiembre de 2021.

Desde que asumió la presidencia, López Obrador ha hecho de Pemex su prioridad. Entre las medidas tomadas destaca la suspensión de las subastas petroleras y, aunque indicó que se respetarán los contratos firmados previo a su administración, la polémica con Zama es una señal de preocupación, según Duncan.

“A medida que aumenta la actividad [de perforación de otras compañías petroleras], esto probablemente puede volver a ocurrir. Establece un precedente ”, dijo el CEO de Talos.

Además, se prevé que el consorcio invierta en la construcción de plataformas e infraestructura petrolera.

Nuestros inversionistas tendrían serios problemas para invertir si Pemex estuviera involucrado, por razones bastante obvias: están en quiebra. Esperamos que al final tengan sentido,

dijo otro ejecutivo del consorcio, que pidió no ser citado. 

Pemex y Talos tienen hasta septiembre de 2020 para acordar las condiciones mediante las cuales se realizaría la operación y, de no llegar a un acuerdo, la secretaría de Energía decidirá quien opere el campo Zama.