Las startups mexicanas basadas en el combate a la crisis climática y la generación limpia de energía han sufrido un duro golpe por la cancelación de apoyos por parte del Conacyt, así como la desaparición del INADEM. También empresas privadas no han dado el salto para convertirse en el actor principal del sector, lo que limita la capacidad de las empresas mexicanas para innovar.

“Ya nos habían desaparecido el INADEM y ahora van a desaparecer el fondo de sustentabilidad energética. Con todo y sus posibles errores e ineficiencias, eran pasos en la dirección correcta”, comentó Sofía Paredes, experta en innovación en tecnologías climáticas.

“Hay mucha incertidumbre en el sector y desde el lado de política pública se ve muy difícil debido a la regulación cambiante que no afecta sólo a las grandes empresas, sino a todas las que están involucradas en las cadenas de valor”.

Paredes expresó que este vacío de apoyos gubernamentales podría y debería ser visto como una oportunidad para las empresas privadas del sector, que se verían beneficiadas de una mayor oferta de servicios y cadenas de valor más robustas.

Carlos López Jones, director de consultoría en Tendencias Económicas y Financieras, explicó que algunos de los problemas de la falta de apoyos se debe a una cuestión cultural.

“En México nos falta avanzar bastante en términos de fondos ángel y de una apertura a ser dueño de sólo una parte proporcional de una empresa. Es una falta de cultura empresarial para quien busca financiamiento”.

López Jones consideró que hacen falta iniciativas de cámaras regionales e industriales que puedan mediar entre inversionistas y desarrolladores para facilitar el acceso a fondos, y “ayudar a los emprendedores a ver si hay manera de mercadear el producto y si se pueden obtener las patentes necesarias”.

La disminución de apoyos de Conacyt, que se ha venido suscitando desde hace un par de años, también ha limitado la posibilidad que tienen las empresas de encontrar innovaciones suficientemente atractivas como para garantizar el acceso a fondos para su desarrollo.

“El hecho de desarmar a Conacyt acabó con todo lo que es ciencia para el desarrollo tecnológico en materia de energías renovables y crisis climática en México”, señaló Paul Sánchez, Director de Ombudsman Energía México. “La ciencia en México se sigue haciendo mucho en instituciones públicas, y si la propia UNAM ya no tiene recursos de Conacyt va a ser muy difícil”.

Algunas incubadoras y aceleradoras de empresas ambientales, que dependían de los apoyos de Conacyt, ya han empezado a cerrar sus puertas ante la imposibilidad de conseguir otras vías de financiamiento.

Paredes destacó que a pesar de los pocos avances a nivel federal, sí existen iniciativas en otros niveles gubernamentales, y mencionó como ejemplo el hub de innovación tecnológica en Querétaro y algunos proyectos en Jalisco.

En Estados Unidos, la semana pasada se fundó The Climate Change Crisis Real Impact I Acquisition Corp, una empresa de adquisición de propósito especial (SPAC) enfocada en ayudar a empresas enfocadas en soluciones contra la crisis climática. Se espera que la nueva entidad ayude a traer mayores fondos a este tipo de empresas.