Las fábricas productoras de automóviles en China serán golpeadas por la desaceleración de la economía global, y al parecer los estímulos fiscales no son suficientes para salvarlas.

“Si no tenemos políticas de respuesta -y estamos hablando de estímulos macro, no solo recortes de impuestos en autos- la industria necesitará hacer reducciones sustanciales en la producción”, comentó a Financial Times un analista de la consultora Bernstein.

En este sentido, el consultor de la industria y exejecutivo de General Motors, Michael Dunne señaló que el cambio en la capacidad de producción instaurado el año pasado llevará al sector a un territorio inexplorado. “Todos estarán muy concentrados en cómo adaptarse porque no quieren quedarse con demasiado inventario”, agregó.

En 2018, Ford abrió una planta productora de 1,000 millones de dólares, mientras que Volkswagen abrió una con capacidad de 300,000 vehículos anuales en el país asiático. 

Al respecto, el analista de la financiera Nomura, Benjamin Lo comentó que “unos cuantos fabricantes de automóviles cometieron un error al implementar demasiada capacidad. No vieron venir la desaceleración”.

La estadounidense Ford fue el peor actor extranjero en China, con ventas que bajaron 37% el año pasado -y actualmente se encuentra bajo presión para reducir su escala- mientras que la japonesa Suzuki se ha retirado del país.

El inventario no vendido de los fabricantes de automóviles se ubica en alrededor de 2 millones de unidades, según cifras oficiales, con las marcas chinas creadas por Geely y Great Wall “en grave riesgo de una crisis de inventario” a medida que las ventas de las compañías locales caen más rápido, dijeron los analistas de Bernstein.

Bernstein confirmó que también las cifras oficiales reflejan las ventas al por mayor a los concesionarios, lo que significa que la situación es aún peor cuando se tienen en cuenta los inventarios de distribuidores de aproximadamente un millón de automóviles. Si las ventas continúan su disminución “nos preocupa que pueda seguir una crisis de precios”.

“Esta industria ha logrado enormes avances en China en las últimas décadas”, comentó el analista de Bernstein, Max Warburton. “Reemplazar este mercado es como encontrar otro planeta donde vender autos”, concluyó.