El rechazo del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a los proyectos de administraciones anteriores ha llevado a la pausa temporal de las reconfiguraciones de plantas de generación con base de combustóleo en Tula y Tuxpan.

La Secretaría de Energía y la Comisión Federal de Electricidad informaron que retomarán la planta que Iberdrola podría dejar de construir en este puerto, lo que representaría iniciar una obra desde cero y no solucionaría los problemas actuales de contaminación ambiental que sufre el país.

“La administración ha dejado claro que le va a dar todo el peso de la matriz energética a las termoeléctricas. Sin embargo, es difícil de entender que estén deteniendo otros proyectos cuando ni siquiera han terminado estos, que deberían ser sus proyectos principales”, explicó Abán Moreno, maestro en Administración de fuentes renovables.

El caso de la termoeléctrica Francisco Pérez Ríos, en Tula, es más complicado.

El gasoducto Tuxpan-Tula, la obra que surtirá el gas natural hasta esta región, se ha enfrentado a constantes bloqueos por parte de pobladores originarios de algunas comunidades afectadas por su construcción, sobre todo en la región de Pahuatlán, Puebla.

El conflicto, que comenzó hace más de 18 meses, parece haberse solucionado en enero, cuando el presidente se comprometió a hallar un nuevo trazado para el gasoducto, con el fin de no afectar a las comunidades originarias.

Este retraso podría servir como excusa para no haber impulsado aún la reconfiguración de Tula, pero si el proyecto del gasoducto sigue adelante, corre el riesgo de “llegar a Tula sin un proyecto listo para operar”, señaló Moreno.

El caso de la Termoeléctrica Adolfo López Mateos, en Tuxpan, es aún más extraño.

Las obras de reconfiguración tampoco han iniciado, a pesar de que el ducto Texas-Tuxpan ya es capaz de importar el volumen de gas que esta requeriría. Sin embargo, el Ejecutivo ha señalado la posibilidad de licitar una nueva planta en la región, sin mencionar esta opción que podría resultar más rápida y barata (dependiendo de las turbinas incluidas en el proyecto), además de disminuir las emisiones en territorio nacional.

“Incluso si se realizara la construcción de este nuevo proyecto, eventualmente, la demanda energética los va a alcanzar, porque va en constante aumento, y estas plantas no se pueden quedar así tomando en cuenta que ya estaba listo el plan para su reconfiguración”, advirtió Moreno.

El proyecto que Iberdrola presuntamente habría cancelado tendría 1,204 MW de capacidad instalada.

De acuerdo con estimaciones de la propia Comisión Federal de Electricidad, la capacidad de la CT Tuxpan podría pasar de 2,100 MW hasta 6,000 MW, mientras que la CT Tula podría pasar de 1,600 MW a 4,500 MW.

“El Marino está concebido para resolver los dos problemas más grandes que tiene la CFE con la quema de combustóleo, que son Tuxpan y Tula. Entre estas dos se quema más o menos el 60% del combustóleo de CFE. El problema es que ahora la Comisión no quiere resolver sus problemas, pero tampoco quiere que nadie la ayude a resolverlos”, señaló Rosanety Barrios, analista del sector energético.