Se acerca el fin del plazo “considerable” para que Deutsche Bank se recupere por sí solo de sus pérdidas y los escándalos de lavado de dinero, situación que apunta a una cada vez mayor probabilidad de que la fusión con su rival, Commerzbank, se efectúe, afirmaron dos fuentes anónimas cercanas al asunto este jueves a Reuters.

Ejecutivos bancarios, analistas, funcionarios del gobierno y algunos inversionistas suponían hasta hace unos meses que ambos bancos tenían más tiempo para recuperarse de manera independiente, pero esa opinión ha cambiado recientemente, aseguró una de las personas.

El segundo consultado reveló que un importante inversionista, consultado de forma anónima, está esperando la reacción del mercado ante las ganancias de ambos bancos durante las próximas semanas antes de decidir sobre la necesidad de una fusión.

“Una vez conocidos los resultados financieros decidiremos”, explicó la fuente. Los inversionistas no se opondrían a una fusión si el gobierno quisiera una, agregó.

La especulación de una fusión entre los dos grupos financieros aumentó bajo el mandato del Ministro de Finanzas de Alemania, Olaf Scholz, quien ha hablado a favor de los bancos fuertes y cuyo equipo se ha reunido frecuentemente con ejecutivos de Deutsche y de Commerzbank, así como con los principales accionistas.

Deutsche es considerado uno de los bancos más importantes para el sistema financiero global, junto a JPMorgan, Bank of America y Citigroup.

Los síntomas del colapso

El grupo financiero alemán se ha visto afectado por tres años de pérdidas, rebajas en las calificaciones, pruebas de resistencia fallidas y acusaciones por supuesto lavado de dinero.

Uno de los mayores golpes a la confianza de sus clientes fue cuando en 2017, el banco de Fráncfort del Meno recibió una multa de 7,200 millones de dólares por su papel en el escándalo de los impuestos a las hipotecas. 

El Director Ejecutivo de Deutsche Bank, Christian Sewing, quien asumió el timón el año pasado en una repentina reorganización de la administración, ha dicho en repetidas ocasiones en público que estaba centrado en la “tarea” del banco: devolverle su rentabilidad.

Con el objetivo anterior, Sewing anunció recortes de empleos el año pasado para disminuir la línea que dividía a Deutsche de otros bancos de inversión en expansión.

Las acciones de ambos prestamistas cayeron este jueves después de que Bloomberg informara que Deutsche esperaba una fusión con Commerzbank, negociada por el gobierno para mediados de año, si los esfuerzos para reestructurar la estructura financiera no funcionaban. 

Las acciones de Deutsche cerraron con una baja de 4%, mientras que Commerzbank, aún parcialmente mantenido por el gobierno después de un rescate, fue 6.7% más débil.

El viernes, Deutsche Bank informará sus resultados de 2018 y los analistas esperan que entregue su primera utilidad anual desde 2014.