Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, reavivó la discusión sobre los efectos nocivos a la salud al consumir los productos chatarra, luego de calificar a los refrescos como “veneno embotellado”, así como a los pastelillos empaquetados y frituras como “alimentación tóxica” el 18 de julio pasado, en su visita a Chiapas.

Los desacuerdos entre ambas partes se remontan al inicio de este sexenio, pues López-Gatell fue uno de los principales promotores para modificar la Norma Oficial Mexicana 051-SCFI/SSA1-2010 que contemplaba un nuevo etiquetado frontal de advertencia en los alimentos y bebidas no alcohólicas, así como la desaparición de personajes en los empaques.

La norma entrará en vigor a partir del primero de octubre de este año a pesar de las diferentes impugnaciones que el sector privado realizó para aplazarlo.

El último intento lo hizo Hershey’s México, quien presentó una suspensión provisional para que no se aplicara el artículo primero transitorio de la modificación, dedicado a la fecha de inicio de la norma 180 días posteriores de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, pero fue rechazado a inicios de la semana por la jueza Blanca Lobo Domínguez, titular del juzgado Décimo Segundo del Distrito de Amparo en Materia Administrativa.

El reclamo por parte de Hershey’s ya fue resuelto en contra, no se les dará la suspensión y la entrada en vigor sigue en pie para el primero de octubre. Han sido varios intentos para suspenderla provisionalmente y para retrasar su implementación, pero ninguna ha sido resulta a favor hasta este momento

dijo Paulina Magaña, coordinadora de la campaña de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor.

En opinión de López-Gatell y de Magaña, resulta urgente el cambio en el etiquetado, debido a la pandemia por COVID-19 en el país. La probabilidad de desarrollar un cuadro fuerte de esta enfermedad, que llegue a ocasionar la muerte del paciente, se dispara en las personas que poseen un mal crónico como la diabetes, la hipertensión o cáncer.

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Ante los últimos dichos de subsecretario en Chiapas, la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac) criticó la postura del funcionario que, de acuerdo con ellos, “evidencia una animadversión personal contra la industria, basada en prejuicios e información imprecisa”.

Sugieren (los comentarios), la necesidad de encontrar un enemigo público a quien responsabilizar ante la crisis sanitaria que enfrenta el país por la pandemia de COVID-19, que ha costado la vida hasta ahora de más de 39,000 mexicanos

compartió la Anprac en un comunicado.

Industria prefiere aplazar la norma

La industria de los alimentos busca aplazar la entrada en vigor del nuevo etiquetado, pues consideran que la normativa llega en el peor de los momentos con una crisis económica derivada a la pandemia.

Ante los argumentos de las empresas está la de pérdidas económicas, que no contaban con el personal para desarrollar el nuevo diseño, la cantidad de inventario con el etiquetado pasado que poseen en el mercado. Hay un apartado en la norma que menciona el uso de una estampa del nuevo etiquetado que se coloca sobre el producto 

comentó Magaña.

El primero de octubre las empresas de alimentos y bebidas deberán cambiar al etiquetado con los octágonos negros de advertencia en algunos productos bajo criterios nutricionales. Su implementación estará dividida en tres fases, concluyendo la última el primero de octubre de 2025.

El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) y el Consejo Mexicano de Productos de Consumo (ConMéxico) estiman que la industria tendría que desembolsar entre 5,000 y 6,000 millones de pesos para reetiquetar los productos, además de afectar la producción de hasta 42,000 toneladas anuales de alimentos.

Pandemia ‘desgasifica’ a ventas de refrescos

De enero a mayo de este año se registró la primera caída interanual en el volumen de producción, así como el valor de ventas de los refrescos de cola y de sabor en México, desde 2015, de acuerdo a datos del Inegi.

En el caso de el volumen la baja fue de 2% y en el caso del valor de ventas fue de 0.9%, comparado con los primeros cinco meses de 2019.

La nueva dinámica hacen que se consuma menos refresco en su formato individua, que es el más rentable para las compañías y más en su formato familiar. Además, el cierre de restaurantes pegó en sus ventas

dijo Marisol Huerta, analista en Banco Ve por más.

Añadió que, al estar en casa, es más probable la sustitución de refresco por agua natural o por agua de fruta y de sabores.

Coca-Cola Femsa, el mayor embotellador independiente de Coca-Cola en el mundo, registró una caída en su volumen para México de 5.8% en el segundo trimestre del año, frente a igual lapso de 2019. En tanto, sus ventas para el país también retrocedieron 5.6%, de acuerdo a su reporte trimestral.

En Estados Unidos, Coca-Cola Company reportó su peor descenso en sus ventas en al menos 30 años, pues éstas se desplomaron 28% en su segundo trimestre fiscal de 2020, frente al mismo periodo del año anterior. La demanda de sus marcas Coca-Cola cayó 7% y el consumo estimado de bebidas gasificadas en general bajó 12%.

En su informe, la empresa compartió que el cierre de negocios como restaurantes, cines, así como la cancelación de encuentros deportivos y otros eventos masivos impactaron de forma negativa sus estados financieros.

Para PepsiCo, la historia no fue diferente en el país vecino del norte. Los ingresos de su división de bebidas retrocedieron de 6.6% en el segundo trimestre, derivado a las medidas de autoaislamiento y de distanciamiento social aplicadas en ese país.

A medida que vaya avanzando el desconfinamiento, la tendencia se revertirá para las embotelladoras mexicanas y aumentará el consumo del refresco

comentó Huerta.