Red de corrupción en Pemex: así es como ‘destraban’ pagos a proveedores

Red de corrupción en Pemex: así es como ‘destraban’ pagos a proveedores

La falta de pagos de Pemex ha provocado un efecto dominó: proveedores sin liquidez, cierres empresariales y pérdida masiva de empleos.

En las entrañas de Petróleos Mexicanos (Pemex), la petrolera más endeudada del mundo y sumida en una profunda crisis financiera, opera una red interna de corrupción dedicada a “destrabar” pagos a proveedores.

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Mario Maldonado, director general de EL CEO, reveló en una columna publicada en El Universal que la brecha entre la deuda registrada oficialmente y la deuda real ha propiciado una estrategia que funciona a través de redes de “gestión de pagos”, activas tanto dentro como fuera de la empresa.

La petrolera atraviesa una severa inestabilidad financiera. De acuerdo con su reporte del tercer trimestre de 2025 (3T2025), Pemex adeuda a sus socios operativos 517,000 millones de pesos (mdp). No obstante, fuentes del sector coinciden en que la deuda real supera los 900,000 mdp.

En ese sentido, al menos 400,000 mdp adicionales corresponderían a trabajos ya ejecutados, pero que la petrolera no ha reconocido formalmente en sus estados financieros.

La estrategia de las facturas y los pagos

Uno de los casos más representativos de esta red es el de la empresa Filtración Industrial Especializada S.A. de C.V., un proveedor que, ante la imposibilidad de cobrar por la vía ordinaria, recurrió a Julián Loyo, empleado o exempleado del área de contratación de personal de Pemex, para que “destrabara” el pago.


EL CEO la revista 4

Desde un domicilio ubicado en Amatlán 94, en la colonia Condesa de la Ciudad de México, Loyo ofrece la gestión del Código de Pagos y Descuentos (COPADE), una clave que permite a los proveedores facturar y recibir pagos.

En el marco del anuncio del Plan Estratégico de Pemex, surgieron dudas sobre si su esquema financiero incluiría pagos con proveedores.
Fotoarte: Mariana Flores

Su vínculo con el despacho Ingeniería Aplicada RONU S.A. de C.V., representado por Nahum Gallardo Dionisi, conecta esta operación con áreas sensibles de la petrolera.

Documentos y mensajes elaborados por el propio Loyo indican que RONU actúa como un “despacho satélite” del director corporativo de Finanzas de Pemex, Juan Carlos Carpio Fragoso, con comunicación operativa hacia la Dirección General a través del funcionario Benjamín Salas.

Los gestores presumen capturas de pantalla de los llamados “pagos formados”, acceden a visualizadores internos y garantizan agilizar trámites que Pemex debería realizar de forma automática. A cambio, pactan con los proveedores contratos de comisión con tarifas que van de 8% a 15% del monto a recuperar, se lee en la columna de Mario Maldonado.

Además, el director general de EL CEO detalla que los filtros para aceptar a un cliente incluyen que la empresa no esté vetada, no tenga incumplimientos administrativos y cuente con un directivo dispuesto a firmar los contratos.

Pemex presiona a Typhoon Offshore, de Grupo Salinas

La falta de pagos de Pemex ya ha provocado efectos devastadores. Uno de los casos más delicados es el de Typhoon Offshore, empresa propiedad de Grupo Salinas, a la que la petrolera adeuda 745 millones de dólares.

Typhoon operó plataformas que aportaban alrededor de 140,000 barriles diarios a la producción nacional y sostenía una red de 12 empresas mexicanas que hoy enfrentan un colapso financiero.

Tras meses sin recibir pagos, la compañía suspendió operaciones en octubre, lo que derivó en la pérdida de miles de empleos y puso en riesgo la estabilidad productiva del país.

En ese contexto, versiones dentro del sector señalan que Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización de Morena e hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, habría intentado adquirir Typhoon aprovechando su vulnerabilidad financiera.

La negativa de Ricardo Salinas Pliego detonó una presión política para orillar a la empresa hacia una situación de insolvencia, mediante la retención o el aplazamiento de pagos. Esta situación ha encaminado a Typhoon hacia un concurso mercantil, no por fallas operativas, sino por decisiones políticas y por la falta de pagos de Pemex.

La caída de esta contratista impacta directamente en la plataforma nacional de crudo y arrastra a decenas de empresas proveedoras. El mensaje para el sector es contundente: Pemex se perfila como un riesgo sistémico.

“Si algo muestran los casos de Filtración Industrial Especializada y Typhoon es que la petrolera ya no puede garantizar ni liquidez, ni transparencia, ni certidumbre”, afirmó Mario Maldonado en su columna.

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