En medio de las afectaciones por la pandemia de COVID-19 a la industria petrolera este año, las expectativas de recuperación de la demanda a largo plazo se vuelven cada vez más pesimistas.

El petróleo, visto como un activo de riesgo, ha perdido terreno en los mercados, situación que derivó en una disminución de sus precios.

Durante abril, el WTI de Estados Unidos cayó en territorio negativo por primera vez en su historia, ante la expansión del virus en Estados Unidos y la guerra petrolera entre Rusia y Arabia Saudita, que forzó a los productores a disminuir sus precios.

Tanto el WTI como el Brent, referencial del Mar del Norte, valen 40% menos que al final de 2019, mientras la demanda de combustible ha caído debido a las medidas de aislamiento para detener la propagación de contagios.

OPEP reduce su pronóstico para 2021

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) recortó este lunes su pronóstico de demanda para 2021 y prevé que el consumo aumente en 6.62 millones de barriles diarios, 370,000 menos de lo esperado en sus estimaciones de agosto.

Esta revisión a la baja está aunada a las afectaciones de la pandemia en el sector de transportes, en particular, en la industria aérea, luego de una estrepitosa caída de la demanda de vuelos.

En Asia, el grupo observó que la recuperación de la demanda en países como India, Tailandia, Indonesia y Filipinas ha sido más lenta de lo que se esperaba inicialmente, mientras se registra un aumento de infecciones en la región.

Lo anterior llevó al organismo a reducir sus expectativas para este año. La demanda mundial de petróleo caerá en 9.46 millones de barriles por día, según la OPEP, por encima de los 9.06 millones que previó el mes pasado.

Desde mayo, la OPEP y sus aliados, un grupo conocido como OPEP+, llevan a cabo recortes en su producción con el objetivo de estabilizar los precios y contrarrestar la sobreoferta.

Algunos miembros no han cumplido con las cuotas establecidas desde que inició el pacto. Esta semana, un comité de la OPEP sostendrá una reunión para discutir los recortes.

Demanda de petróleo sufrirá cambios estructurales por la pandemia

Energías renovables, una creciente amenaza

El consumo de combustibles fósiles se contraerá por primera vez en la historia moderna, debido a que las políticas ambientales fomentan el uso de energía renovable, dijo BP.

La petrolera británica espera que la actividad económica mundial se recupere parcialmente de la pandemia durante los próximos años, a medida que disminuyan las restricciones de viaje. Pero algunos efectos derivados, como el trabajo desde casa, llevarán a un crecimiento más lento en el consumo de energía.

Este año, BP extendió su perspectiva al 2050 para alinearse con la estrategia de la compañía de reducir las emisiones de carbono de sus operaciones a un neto de cero a mediados de siglo.

Incluye tres escenarios que asumen diferentes niveles de políticas gubernamentales dirigidas a cumplir con el acuerdo climático de París de 2015 para limitar el calentamiento global.

En su escenario central, BP pronostica que el COVID-19 reducirá la demanda en alrededor de tres millones de barriles por día en 2025 y dos millones para 2050.

Según este escenario, los combustibles no fósiles representarán la mayoría de las fuentes de energía mundiales desde principios de la década de 2040 en adelante, y la proporción de hidrocarburos disminuirá en más de la mitad durante los próximos 30 años.

En sus dos escenarios más agresivos, la pandemia acentúa la desaceleración del consumo de petróleo, que habría tocado su máximo nivel el año pasado. En el tercer escenario, la demanda de petróleo alcanza su pico alrededor de 2030.

A largo plazo, la demanda de carbón, petróleo y gas natural se reducirá drásticamente.

Con información de Reuters