La transición energética en México tiene puntos de inflexión críticos en la adopción de energías limpias; sin embargo, pendientes en la infraestructura de transmisión y distribución, así como la incertidumbre sobre la fuente de los financiamientos se erigen como los principales obstáculos, de acuerdo con un estudio publicado por EY entre expertos en el sector energético en Latinoamérica.
La transición energética se va a dar esencialmente porque ya empezó. Creo que la diferencia de opinión que ha habido en estos años es la velocidad a la que se va a dar y qué tan absoluta será. Un país como México no va a ser 100% de renovables, no va a ser cero residuos ni va a cumplir con los compromisos de París. El problema tiene que ver con el dinero
Luis Aguirre, CEO y fundador, GreenMomentum
El planteamiento energético de la administración actual está muy enfocado a los hidrocarburos, lo que deja poco espacio presupuestal para la infraestructura eléctrica –a pesar de los recientes ahorros de CFE– y aún menos para las energías limpias. Aguirre explicó que esta es una oportunidad para abrir las puertas al modelo anterior y permitir que la inversión privada impulse la energía renovable.
La transmisión y distribución de energía eléctrica, sin embargo, seguirán estando en manos de CFE en el futuro inmediato, por lo cual dependerán del presupuesto público para su mantenimiento y expansión. La actual administración ha externado su deseo de construir gasoductos y plantas generadoras, por lo cual las líneas eléctricas podrían tener que esperar.
Un posible catalizador para la modernización de la red es el Mercado Eléctrico Mayorista, pues su expansión podría llevar al gobierno a replantearse las relaciones entre los proveedores privados de energía en México, especialmente de energía intermitente como solar y eólica.
Andrea Marín, directora general de Energyby5, explicó que la expansión de este mercado dependerá de la entrada de empresas de generación que quieren entrar a México, pero que están a la espera de otros jugadores para ver cómo reacciona el mercado.
En Estados Unidos, cuando se abrió el mercado energético ya estaba abierto el mayorista desde hace varios años y de pronto se abre el mercado minorista. En México lo que pasa es que se abre todo el mercado al mismo tiempo y realmente no tenemos productos que un usuario pueda tomar, lo que se está vendiendo son bloques a largo plazo. Hacen falta instituciones que tomen ese riesgo para que haya liquidez en el mercado y productos para usuarios finales
Andrea Marín, directora, Energyby5
Marín mencionó la subasta que hará Vitol en los próximos días como un ejemplo de vanguardia. La empresa holandesa subastará bloques de energía para venderlos en bloques más pequeños a los suministradores de servicios calificados para que ellos vendan los productos finales al usuario.
Sobre la generación solar distribuida, Aguirre explicó que hay motivos para ser optimistas, pues actualmente nos encontramos en la parte plana de una curva de crecimiento exponencial de la adopción, que no depende de la política pública, sino de precios y volúmenes.
El reto es el sector comercial que no tiene cómo pagar. Las PyMEs no tienen el historial crediticio adecuado, por lo que regularmente no compran, sino que rentan. Eran los modelos económicos los que no permitían el avance. Ahora ya hay banca comercial reaccionando e involucrándose en el sector
Luis Aguirre, CEO y fundador, GreenMomentum
Según EY, los tres puntos de inflexión para las energías limpias son: en 2031 la energía solar distribuida costará lo mismo que la energía de redes, entre 2025 y 2029 los vehículos eléctricos alcanzarán el mismo costo que los de combustión interna, y en 2046 el costo de la energía de redes será mayor al de la energía almacenada autogenerada.