Si crees que has visto más cambios de lo normal en la dirigencia de las empresas, estás en lo cierto.
Según un estudio de PwC que involucra a 2,500 compañías que cotizan en bolsa, en 2018 se registró la tasa más alta de salida de los CEO en 19 años: 17.5% de los líderes dejaron su puesto. Y 2019 pinta para romper el récord.
Además, el tiempo de permanencia en la dirección ejecutiva de las firmas se ha acortado, pues en el 2000, un director ejecutivo podía esperar ocupar su cargo durante ocho años o más, en promedio, sin embargo, durante la última década, este lapso se redujo a cinco años.
El estudio ‘What happens after a legendary CEO departs’ (‘¿Qué pasa cuando un CEO legendario se va?’) señala que solo 19% de todos los líderes de las empresas analizadas logró permanecer en su puesto 10 años o más, y generalmente son los fundadores de la compañía que dirigen o son visionarios que transformaron su organización.
Las razones por las que un director ejecutivo deja su oficina van desde no cumplir las metas financieras o no dar certeza a los inversionistas sobre el futuro de la empresa hasta temas éticos, que incluyen fraudes, sobornos, desastres ambientales, mentiras en su CV o acusaciones de acoso o abuso sexual.
La consultora revela que, por primera vez en la historia del estudio, en 2018 se despidió a más CEO por fallas éticas que por desempeño financiero o problemas con la junta directiva.
Tomando en cuenta el género, el año pasado 4.8% de los CEO eran mujeres, por debajo del máximo histórico de 6% registrado en 2017.
Grandes zapatos que ocupar
Los datos muestran que aquellos que permanecen por más tiempo en sus puestos por lo general logran mayores retornos para los accionistas, respecto a los CEO que duran pocos años.
Pero, al final del día, los cambios son inescapables y un CEO con un lapso largo al frente de la empresa puede desarrollar un camino claro para su sucesión, aunque esto no asegura el éxito del recién llegado.
Los directores ejecutivos que llegan al puesto que había estado en manos de otro durante muchos años por lo general tienen resultados financieros más bajos que sus predecesores, permanecen menos tiempo en el cargo (5.3 años vs. 13.7 años) y enfrentan una mayor probabilidad de ser expulsados en lugar de lograr planear su sucesión (35% vs. 19%).
Entre las explicaciones para el bajo desempeño de los nuevos CEO está que los problemas solo se hacen evidentes después de que el anterior líder se va, pues sus años al frente y sus buenos resultados causan que la junta directiva no lo cuestione durante su mandato.
Además, los cambios constantes debido al rápido ritmo de avance en las tecnologías digitales hacen probable que los CEO con una larga trayectoria se enfrenten a un contexto que es significativamente diferente al que están acostumbrados, lo que les dificulta dejar a la empresa encaminada en el rumbo correcto.
Por ello, pese a los posibles riesgos, es necesario que las juntas directivas estén atentas a las necesidades del negocio al tomar la decisión de cambiar el liderazgo de la empresa, pues entre más tiempo se queda un CEO, más difícil es que su sucesor tenga éxito.
Y esta decisión se complica aún más cuando el CEO es además presidente del consejo.
Recomendaciones
Para aquellos ejecutivos que están a punto de suceder a un CEO con muchos años en el puesto, PwC tiene algunas recomendaciones:
- Construye tu marca, sin tratar de imitar al presidente saliente, y tendiendo puentes tanto al interior de la empresa como hacia afuera, para elevar tu credibilidad
- Establece tu propia agenda, basada en la revisión de las estrategias y planes actuales y con miras en la rentabilidad futura de la compañía, en vez de solo aplicar cambios solo por poner tu propio sello
- Pon atención al ritmo del cambio, pues tanto demasiada rapidez como lentitud te traerán problemas
- Aprovecha la experiencia que existe al interior de la empresa, especialmente la de los miembros del consejo de administración.
Algunos ejemplos
Cuando Steve Jobs, fundador de Apple se retiró hace ocho años por razones de salud y Tim Cook ascendió al puesto, fue difícil ver cómo podía llenar los zapatos del fundador de la empresa, a pesar de que había sido un director de operaciones con buenos resultados.
Pese a las dudas, Cook ha logrado dar su propio sello a la compañía.
En ocasiones, la transición suele ser tormentosa como cuando Jeffery Immelt dejó la dirección ejecutiva de General Electric tras haber estado en el puesto 17 años, su sucesor, John Flannery inició un plan para transformar a la compañía, pero fracasó.
Los pobres resultados financieros de Flannery en General Electrics le costaron el puesto, que solamente ocupó 14 meses, y fue sustituido por Larry Culp el año pasado.
A veces, los retos para los directores ejecutivos son enormes, como la misión del nuevo CEO de Interjet, William Shaw que deberá reestructurar su negocio, añadir más asientos a su flota de aviones y renegociar contrato.
Así se movió la fortuna de los CEO ‘techie’ tras los reportes trimestrales.