Las alianzas estratégicas anunciadas el lunes para impulsar cinco proyectos de infraestructura energética quedaron a deber al no contemplar obras en materia de electricidad, además de que no se anunciaron proyectos completamente privados, lo que reafirma que Presidencia no contempla hacer ajustes a su política energética.

“Esto tiene muchas implicaciones para el país en un momento en que hay una gran necesidad de inversión y en el que todavía se tenía esperanza de que vinieran cambios, pero después de lo que pasó está claro que no es así”, señaló Rosanety Barrios, analista del sector.

“Se esperaba el posible anuncio de un proyecto privado, pero lo que estamos viendo es que el presidente ha cumplido cabalmente lo que ha dicho desde el principio en materia energética”.

Los cinco proyectos anunciados son la terminal de etano en Pajaritos, la planta de fertilizantes Camargo, la instalación de una planta coquizadora en la refinería de Tula, la rehabilitación de una planta de coquización en la refinería de Cadereyta, y la unidad de licuefacción en Salina Cruz.

CFE y API son los promotores del proyecto de Salina Cruz, mientras que Pemex promueve los otros cuatro.

El 70% del monto total de inversión anunciado en estos cinco proyectos está destinado a las coquizadoras de Tula y Cadereyta.

Adrián Calcaneo, director de Midstream y Líquidos de IHS Markit, señaló que el funcionamiento de estos dos complejos ayudará a reducir el combustóleo y aumentar la producción de gasolina y diésel.

“Éstas, para mí, eran prioridad por encima de una nueva refinería, porque no son más grandes que Dos Bocas en volumen, pero sí te dan más flexibilidad”.

Destacó además que la rehabilitación de la coquizadora en Cadereyta podría reducir los índices de contaminación del complejo, que han provocado manifestaciones por parte de la población en la región.

En ambos casos, la mayor crítica a la administración es que son proyectos estratégicos que se debieron haber planeado desde el principio del sexenio y puesto en marcha antes de la construcción de Dos Bocas.

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Etano sí, fertilizantes no

Calcaneo también señaló a la terminal de etano como la pieza de infraestructura más importante que necesita México.

“Gran parte de la industria petroquímica depende del etano y si no hay suficiente se detiene la producción como está pasando ahora, o se va a otros países. Mucho del mercado de las refinerías a largo plazo van a ser los petroquímicos, entonces es importante que esta industria se mantenga vigente para seguir avanzando y creciendo”.

Barrios, por su parte, criticó la decisión de invertir en una planta de fertilizantes.

“No tiene ningún sentido. Los fertilizantes no son área estratégica en ninguna parte del mundo y no tendrían porqué formar parte de la cadena de valor exclusiva de los hidrocarburos de Pemex”.

El hecho de que no se hayan anunciado inversiones en electricidad manda una señal de que el gobierno sigue pensando que la intervención en las reglas de mercado son la mejor vía para apoyar a CFE.

Además, la empresa estatal buscará vender gas natural, aunque Barrios advirtió que el proyecto tendrá que competir para buscar compradores en Asia, lo que resultará difícil tomando en cuenta los bajos precios del gas estadounidense y las inversiones necesarias en México.

Para Calcaneo, el éxito o fracaso de estos cinco proyectos dependerán de la capacidad del gobierno federal de atraer socios comerciales.

“El gobierno solo quiere fondos, y si tuviera dinero haría (los proyectos) solo. Ahora busca a alguien que ponga dinero a cambio de un retorno, pero no sabemos qué tanto esté dispuesto a soltar el gobierno para atraer la inversión en la condición económica actual. Se necesita un equilibrio que sea atractivo para ambos lados, lo que puede no existir”.