El Congreso de la Ciudad de México tiene al menos tres iniciativas que contemplan la creación de una Ley de Uso y Aprovechamiento del Subsuelo.

Gabriela Salido, quien presentó la primera propuesta hace dos años, dijo al diario Reforma que ésta pretende establecer los sitios donde el cableado aéreo podría convertirse en subterráneo. Las obras necesarias para esta maniobra son viables, pero resultan costosas y no están entre las prioridades de CFE Distribución.

“No es sólo hacer el agujero y enterrar cables. El tipo de cableado es especial y es más caro que el normal porque va sellado. En la Ciudad de México hay zonas con cableado que no es útil, porque va cambiando la instalación y nadie va y retira lo que deja de ser funcional, por lo que en muchas ocasiones hay cables inútiles colgando de los postes”, explicó Víctor Ramírez, analista del sector energético.

Ramírez dijo que hacer limpieza de estos cables no funcionales podría ser un buen primer paso previo a la decisión de mover la instalación de distribución, pues se trata de una acción más barata, que podría eliminar hasta el 90% de los cables del espacio aéreo de la ciudad.

En cuanto a costos, el experto destacó que CFE Distribución es el área con las finanzas más sanas de la compañía, y que presenta utilidades. Sin embargo, CFE suele utilizar estas utilidades para subsidiar sus costos de generación, por lo que no es seguro que la empresa esté dispuesta a costear un proyecto como este.

Ramírez destacó que la empresa podría llegar a acuerdos con las distintas alcaldías para encontrar vías alternas para el financiamiento de este proyecto. Además, señaló que cada alcaldía tiene condiciones geológicas distintas, que podrían afectar la viabilidad y el costo de la colocación de líneas subterráneas.

Ricardo Granados, analista de mercados regulados en Ombudsman Energía México, recordó que CFE ya tiene experiencia en este tipo de proyectos, que ha realizado en algunas zonas como el Centro Histórico, donde las lluvias atípicas han generado problemas. Agregó que este tipo de instalaciones aumentan el reto del mantenimiento, y dificultan la identificación de fallas en las líneas.

A nivel mundial, este tipo de proyectos toman mucho tiempo para ser concluidos y suelen tener un impacto directo en las tarifas eléctricas.

En Carolina del Norte, explicó Granados, se estima que el proceso tome 25 años y aumente las tarifas en un 125%. En Washington D.C., donde sólo planean sustituir una parte de la instalación, el proyecto tendrá un costo de 20,000 millones de pesos, lo que también impactará la tarifa eléctrica.

“La pregunta de fondo es ¿quién va a pagar por estas obras? Pues las tarifas seguirán fijas, de acuerdo con lo que manifiesta esta administración, por lo que implicaría una carga fuerte sobre CFE Distribución, que además tiene muchas otras cosas pendientes en la lista de inversiones.

Lo que puede suceder es que sea un proceso muy largo y muy costoso que al final sea abandonado a la mitad por falta de presupuesto y cambio en las administraciones pertinentes”, advirtió Granados.00