El mensaje del presidente López Obrador el domingo no fue una nueva estrategia en materia energética, sino una confirmación del camino planteado anteriormente para Petróleos Mexicanos.
Sin embargo, la reducción del Derecho por Utilidad Compartida (DUC) no será suficiente para sustituir los recortes a gastos que otras petroleras han anunciado y que los analistas internacionales esperaban de Pemex esta vez.
“El cambio no garantiza que Pemex entre a una era donde deje de perder y tenga más flujo de caja. Yo creo que esto le puede dejar más dinero a Pemex porque es uno de los mayores pagadores de impuestos, pero eso no garantiza que vaya a tener números positivos ni mejores inversiones”, explicó David Rosales, Socio de Midstream & Downstream en la consultora Talanza Energy.
Erick Sánchez Salas, Business Developer de IHS Markit, explicó que con un precio de 30 dólares por barril, la disminución al DUC representaría alrededor de 1,000 millones de dólares extra para Pemex, lo cual difícilmente haría una diferencia importante en su balanza.
Esto, debido a que el precio actual es menor, por lo que la diferencia será también más contenida.
La reducción al DUC también dejará un hueco en las finanzas públicas y el gobierno no ha puntualizado qué áreas o programas serían afectadas por este movimiento.
“En concreto no hay nada. Yo espero que lo que dijo Arturo Herrera en su cuenta de Twitter y lo que se dijo en la conferencia de la mañana del lunes sea una indicación de que Hacienda vendrá a desglosar en qué consisten algunas de las políticas”, dijo Rosales.
En su discurso, AMLO reiteró que Pemex planea aumentar su producción en 400,000 barriles diarios, una cifra que Sánchez Salas consideró casi imposible sin tener una infraestructura muy superior a la mexicana o algún descubrimiento importante.
“En realidad (el aumento en la producción) crecería las pérdidas que Pemex está registrando. En teoría no sólo se aumentarían estos barriles, sino que este excedente se enviaría a refinación, lo que es más grave porque se pierden costos en la extracción y se destruyen los márgenes en la refinación”, señaló Sánchez Salas.
El experto recordó además que el discurso se da a pocos días de la reunión de la OPEP+, el grupo de países productores de petróleo que pretenden establecer topes a la producción mundial, por lo que el mensaje de México podría no ser bien recibido.
De acuerdo con reportes de Energy Intelligence, México no fue invitado a esta reunión.
Sobre este aumento en la capacidad, Rosales advirtió que hace falta que la empresa mexicana transparente cuándo y cómo el Sistema de Refinación Nacional estaría preparado para recibir este volumen incremental de crudo.
El analista detalló que un aumento en el volumen de refinación generaría mayores cantidades de combustóleo y que el país no tiene instalaciones de almacenamiento suficientes, ni clientes potenciales para colocar el excedente, además de que la regulación internacional impide quemarlo.
Otro punto crítico en el corto plazo será el establecimiento claro de los precios de transferencia con los que fluirá el crudo entre Pemex Exploración y Producción y Pemex Transformación Industrial.
Los analistas apuntaron que los mercados dudan de las declaraciones del gobierno que señalan la refinación como un negocio rentable en este momento, por lo que destacaron la necesidad de tener transparencia en los costos del proceso, en los precios de venta y en los compradores potenciales.
Finalmente, Rosales recordó que Pemex tiene varios proyectos importantes que podrían resultar rentables, para los que necesita apoyo de terceros, por lo que el futuro Plan de Inversión del Sector Privado en Energía podría resultar la herramienta ideal.