Permitir que las hidroeléctricas despachen energía de forma continua al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) como se propone en la reforma del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), generará interrupciones en el servicio y posible escasez de agua.

La intención del gobierno es que las hidroeléctricas despachen al SEN las 24 horas del día y con ello traten de reemplazar la generación que aportan otras fuentes de energía. Esto implicará que se libere agua constantemente para producir electricidad, lo que generará escasez de este liquido para consumo humano, urbano y agrícola.

Lo que buscan es liberar el agua para generar electricidad. En un ejemplo burdo, funciona como el sistema de un inodoro, que almacena agua para soltarla cuando se utiliza. Para “repotenciar” a las hidroeléctricas, es necesario liberar el agua, lo que ocasionaría que falte en el verano, una de las épocas más críticas del año.

comentó Paul Sánchez, especialista del sector eléctrico.

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Si el agua se deja corriendo, no será almacenada ni tendrá fuerza, con lo que no estará disponible en el momento que más se requiera, expuso el especialista.

Si el agua se libera sin gestión adecuada, en verano o en momento de sequía, puede haber déficit de agua para riego agrícola, para consumo humano y urbano

Pone en riesgo el SEN

Actualmente, las hidroeléctricas se utilizan como un mecanismo de regulación del SEN que permite que este se adapte inmediatamente a las variaciones horarias de consumo y de generación eléctrica. Con ello se evitan interrupciones en el servicio al menor costo disponible.

Si las hidroeléctricas se utilizaran con un despacho preferencial antes que cualquier otra fuente de generación, este mecanismo de regulación se pondría en riesgo y el SEN sería más vulnerable por ser menos flexible ante cualquier variación, tanto de demanda como de generación

advirtió Casiopea Ramírez, analista del sector energético. 

Las hidroeléctricas son una instalación que aprovecha la energía gravitatoria que posee la masa de agua de un cauce y que pasa por una turbina que transmite energía a un generador donde se transforma en energía eléctrica.

La capacidad es limitada

Casiopea Ramirez explicó que hay presas que fueron hechas para riego, por lo cual su principal objetivo es acumular agua para su uso en el campo. Su uso secundario es generar electricidad y aún con “repotenciación” su capacidad de producción de energía es limitada.

Por ello, rehabilitarlas no asegura que crecerá la cobertura de energía, ni que se cumplirán las metas de un mayor uso de canales de generación que no contaminen.

“El agua es un recurso altamente vulnerable al cambio climático, depender de la generación hidro como base para la atención de la demanda, vulnera la seguridad energética, si no llueve no hay generación”, destacó Ramírez.

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Hasta ahora, el agua se almacena en presas de manera cíclica, ya que llueve solo en algunas temporadas del año. Utilizar el liquido de forma continua para generar electricidad, podría generar escasez.

Paul Sánchez agregó que rehabilitar las hidroeléctricas solo aumentará en 10 por ciento su capacidad de generación eléctrica, mientras que la inversión podría recuperarse en 30 o 40 años.

“Tenemos que evaluar el retorno de la inversión de aumentar un MegaWatt adicional de energía hidroeléctrica en un sistema que quizá no tenga tanta agua o que si al tiene no la puede utilizar y amortizar en la misma cantidad”,  sugirió.

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