Ante el escenario de que la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, descartó la conformación de una súper Secretaría de Energía que administre a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Petróleos Mexicanos (Pemex), pero sí que estas entidades dejarán de ser consideradas empresas productivas, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) no ve necesariamente con “malos ojos” la situación.
En entrevista, César Augusto Rivera, investigador en Transición Energética y Medio Ambiente del CIEP, explicó que el paquete de 18 reformas presentadas por el gobierno federal a inicios de este 2024, conocidas como el ‘Plan C’ de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), podrían ofrecer una forma de apoyo crucial.
Especialmente para Pemex, permitiéndole acceder a mercados de deuda más amplios y mejorando su situación financiera.
Sin embargo, Rivera enfatizó la necesidad de abordar estas reformas con “cautela”, asegurando que se logre un equilibrio entre el apoyo necesario a estas entidades y la estabilidad fiscal del país.
El especialista señaló que, aunque estas reformas buscan transformar a CFE y Pemex para que dejen de ser empresas productivas del Estado, no se pueden ignorar las implicaciones financieras y fiscales que esto conlleva.
Esta transformación tendría como objetivo principal que los resultados financieros de estas entidades no impacten de manera tan directa en las finanzas públicas del país.
Integración de Pemex y CFE a la Sener
En las últimas semanas surgieron especulaciones entre diversos medios de comunicación y analistas de que Claudia Sheinbaum Pardo estaría aprovechando el ‘Plan C’ para integrar a CFE y Pemex a la Secretaría de Energía (Sener), convirtiéndola en una ‘superdependencia’ federal que las administre.
Sin embargo, el 1 de agosto, la virtual presidenta electa aclaró en conferencia que, para su sexenio, se pretende que estas empresas dejen de ser productivas del Estado, pero conserven cada una su administración. Esto será posible si se aprueban las reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución.
En la reforma de 2013 se convirtieron en organismos descentralizados, a lo que llaman empresas productivas del Estado. La reforma que plantea el presidente es convertirlas en empresas públicas del Estado mexicano, que es distinto a la visión de empresas productivas,
expuso.
Los riesgos por esta transformación
Para el investigador en Transición Energética y Medio Ambiente del CIEP, adjudicar la deuda de Pemex directamente a Hacienda podría ser una estrategia para resolver los problemas financieros de la petrolera.
Actualmente, la deuda de Pemex se considera una obligación de la empresa, cuya calificación crediticia no es óptima.
Uno de los planteamientos que se hace es que el endeudamiento pueda transferir esta responsabilidad al Estado, se buscaría mejorar la percepción y manejo de dicha deuda. Sin embargo, el investigador del CIEP advierte que esta medida podría tener implicaciones importantes para la deuda pública del país.
Cambiar la percepción de la deuda de Pemex, al pasar de ser una deuda corporativa a una responsabilidad directa del Estado, podría modificar las calificaciones crediticias tanto de la empresa petrolera como del país.
La calificación crediticia actual de Pemex ha limitado su acceso a mercados de deuda, y este mecanismo podría ofrecer una solución, aunque con ciertas dudas sobre su implementación y efectividad a largo plazo.
A pesar de los posibles beneficios de esta reforma, el CIEP mantiene reservas sobre su funcionamiento y los impactos reales que podría tener en la economía.
El especialista señaló que la incertidumbre sobre la ejecución de este mecanismo y las repercusiones en la estabilidad financiera y fiscal del país son aspectos que requieren un análisis profundo y una planificación cuidadosa.
“Lo veo como la forma en que se podría ayudar a Pemex para también entrar a un mercado de deuda que está limitado dado su calificación. Entonces, este mecanismo funcionaría; sin embargo, tengo dudas de cómo estaría funcionando”, indicó.
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