Pemex anunció el martes que dejará de contratar los servicios de la calificadora Fitch Ratings, que en abril pasado recortó la calificación de la petrolera dos veces, para dejarla en BB-.

La decisión deja a Pemex con sólo tres calificaciones, pero el impacto de este movimiento dependerá en gran medida de la reacción de las empresas privadas a los cambios a la LIE, y la posición en que éstas dejen al gobierno mexicano, lo que puede impactar a la deuda soberana.

Es una buena decisión. Fitch trae a Pemex sin grado de inversión, pero Standard & Poor’s la mantiene en grado de inversión. Este año Pemex tiene vencimientos por 12,000 millones de dólares, entonces tiene que salir al mercado

explicó Carlos López Jones, Director de Consultoría en Tendencias Económicas y Financieras

López Jones agrega que ahora puede salir al mercado diciendo que Standard & Poor’s la tiene en grado de inversión y que ya no califica con Fitch.

La calificación de Fitch Ratings era la peor de entre las otorgadas a Pemex, debido a la relación entre sus pasivos y activos, así como entre el costo de ventas y los ingresos. Estas dos relaciones imposibilitan que la compañía pague intereses o vencimientos.

Standard & Poor’s, por otro lado, sigue confiando en que el apoyo del gobierno mexicano ayudará a mantener a la compañía a flote.

“(La decisión) se va a reflejar en la tasa de interés. Creo que estos apoyos que le está dando el gobierno no deberían ser para capital de trabajo, sino para los vencimientos que se vienen para que no salga por 12,000 millones, sino por 5,000 o 6,000”, dijo López Jones.

Las perspectivas de que Pemex pierda el grado de inversión son altas, y la pregunta en los corredores financieros es “cuándo”, aclaró el experto.

“El tema uno puede ser cómo reaccionan los mercados ante la reforma eléctrica en el Senado. Esto es: si las empresas empiezan a demandar a México por indemnizaciones. El tema dos son las elecciones del seis de julio y el tercero es la posibilidad de cobrar más impuestos en 2022. De esas tres preguntas saldrá una eventual decisión de Standard & Poor’s”.

La decisión de otras calificadoras, entonces, podría tener una profunda afectación para Pemex si las condiciones del mercado no se inclinan a su favor.

“A mí me sorprende que la empresa aún no haya perdido su calificación crediticia, que sería lo más inminente. Si te peleas con una calificadora, después vendrán las que siguen porque es una pésima señal. Es un desafío al sistema financiero global”, señaló Miriam Grunstein, analista del sector.

La decisión está en línea con la postura presidencial de que no importa lo que digan las calificadoras porque no toman en cuenta los esfuerzos de “valoración moral”, dijo la experta. “Las calificadoras no hacen eso, sino que ven por la capacidad de la empresa como deudora. Los bonos van a perder credibilidad de forma significativa”, pronosticó la experta.

Esta afectación a la capacidad crediticia de Pemex sería también una afectación a la perspectiva nacional. “Las calificadoras han sido muy cautelosas, pero hace falta la determinación de una calificadora más para que Pemex no tenga capacidad crediticia, y eso tiene un impacto terrible en el mercado de bonos y podría causar un pánico que se desbordara a otras actividades productivas”, dijo Grunstein.