Durante febrero, la producción de combustóleo de Petróleos Mexicanos (Pemex) superó la de gasolinas, de acuerdo con las estadísticas mensuales de la petrolera.
En el segundo mes del año, la elaboración de gasolinas fue de 260,000 barriles diarios, significativamente por debajo de la producción de combustóleo, que se ubicó en 305,100 barriles por día.
De esta manera, la producción de gasolinas fue 12.8% menor que en enero, mientras que en su comparación anual retrocedió 15.9%.
Por el contrario, la elaboración de combustóleo tuvo un incremento de 6.3% mensual y un repunte de 26.2% respecto a febrero de 2022, según los datos de la petrolera.
El nivel de producción del combustible sucio marcó además su mayor nivel para un mes desde octubre de 2011.
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El combustóleo es un residuo del proceso de refinación de bajo valor y con altos niveles de azufre, por lo que se le considera un combustible sucio o altamente contaminante.
Busca de autosuficiencia
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene la meta de lograr la autosuficiencia en combustibles, por lo que emprendió la construcción de la refinería Olmeca, en Tabasco, así como la rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación (SNR).
De acuerdo con la petrolera, las mejoras a las seis refinerías en operación contribuyeron a elevar su capacidad de procesamiento promedio a 816,000 barriles diarios en 2022, unos 104,000 barriles adicionales respecto al año previo.
Sin embargo, con el aumento en la producción de gasolinas también se elevó el de combustóleo.
Durante 2022, este residuo fue el segundo petrolífero más elaborado por Pemex, por detrás de las gasolinas, con un promedio de 258,300 barriles diarios, que representaron 28.2% del total.
Menos combustóleo
La petrolera que dirige Octavio Romero Oropeza pretende reducir la producción de este combustible a 27% este año y 14% al final del sexenio.
Para Pemex, la clave de la reducción de combustóleo, y el aumento en la fabricación de gasolinas y diésel, está en concluir las coquizadoras que se construyen en las refinerías de Tula, en Hidalgo, y Salina Cruz, en Oaxaca.
El pasado 16 de marzo, al participar en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, Romero Oropeza y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, mencionaron que a finales de este año concluirá la coquizadora de Tula y en el segundo semestre del próximo año la de Salina Cruz.
A la fecha, se tiene un avance del 88 por ciento en la construcción de la planta coquizadora y las demás plantas de proceso ya tienen la cimentación
dijo Nahle sobre la planta de Tula, que tendrá un costo de 2,800 millones de dólares.
Pemex incluso cuenta con que el inicio de operaciones parcial de la coquizadora de Tula le aportará 7,000 barriles diarios de gasolina, diésel y turbosina al final de este año.
“Con la próxima entrada en operación de la refinería Olmeca, así como con el mayor aprovechamiento de residuales con las coquizadoras que se construyen en Tula y Salina Cruz, la oferta de combustibles de Pemex será aún mayor y permitirá depender cada vez menos de las importaciones en el mediano plazo”, dijo Romero Oropeza en conferencia con analistas a finales de febrero.