Pemex realiza un arriesgado proyecto de aguas profundas en el Golfo de México, pese a que prometió hace dos semanas que concentraría sus limitados recursos en otra parte, según un informe de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
La empresa obtuvo la aprobación del regulador a fines de mayo para perforar un pozo a más de 3,000 metros de la superficie del mar que la empresa ganó en una subasta meses antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador fuera elegido el año pasado.
Petróleos Mexicanos tiene una deuda de más de 106,000 millones de dólares y se encuentra bajo una intensa presión para elevar la producción, que ha disminuido a la mitad desde 2004.
Bajo la administración de López Obrador, Pemex ha prometido desarrollar proyectos en aguas poco profundas y en tierra, donde cuenta con experiencia técnica.
Pero la petrolera se comprometió a gastar casi 106 millones de dólares durante cuatro años en el proyecto de aguas ultraprofundas, con una perforación planificada para el segundo trimestre de 2021, según el plan de exploración aprobado.
El área está ubicada en ‘Cinturón Plegado Perdido’, una prolífica cuenca de aguas profundas donde los productores del lado estadounidense del Golfo extraen aproximadamente 2 millones de barriles por día.
Pemex no ha publicitado el plan de perforación en aguas profundas, pero se espera que López Obrador lance un nuevo plan de negocios para la estatal a fines de este mes.
Si la empresa encuentra petróleo en el pozo de aguas profundas, “definitivamente” tendría que contratar a otra petrolera para participar en el complejo desarrollo tecnológico, dijo Alma América Porres, miembro de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
El proyecto de aguas profundas más avanzado de Pemex es Trion, operado por BHP Group y proveniente de la administración anterior a López Obrador, quien canceló las subastas diseñadas para atraer a firmas privadas para que trabajen con Pemex.
¿Futuras asociaciones?
El plan de perforación de ‘Cinturón Plegado Perdido’ muestra que Pemex no ha cerrado por completo la puerta a nuevos proyectos de aguas profundas o asociarse con empresas privadas para extraer petróleo de difícil acceso, según Porres y otros familiarizados con el proyecto.
“Las opciones las tienen abiertas”, dijo Marco Cota, exjefe de exploración y producción de la Secretaría de Energía que ahora asesora a las compañías petroleras.
Pemex aún tiene que producir petróleo de proyectos de aguas profundas en su lado del Golfo de México pese a más de una docena de años de exploración.
El mes pasado, Fitch redujo la calificación crediticia de la Pemex a la categoría de ‘basura’, lo que podría elevar el costo de futuros créditos.
“Están tratando de agotar la alternativa de hacerlo todo vía Pemex”, dijo Cota.
Sin embargo, expertos de la industria y las agencias de calificación están presionando a Pemex para que cambie de rumbo antes de que López Obrador finalice un nuevo plan de negocios para Pemex.
Ese plan de negocios “representa una oportunidad clave, si no la última, de presentar un camino futuro creíble para recuperar la producción de petróleo y, por lo tanto, mejorar el perfil financiero de la empresa”, dijo la casa de bolsa Finamex en un informe publicado esta semana.
Pemex es titular de 58 bloques de aguas profundas, la mayoría de los cuales fueron asignados por el gobierno, incluidas las áreas que albergan la mayor parte de las posibles riquezas de petróleo y gas del país.
“Creo que a medida que pase el tiempo, podrán confirmar que las asociaciones (existentes) están funcionando”, dijo un ejecutivo petrolero basado en México, que habló en condición de anonimato.