Pemex está en quiebra técnica pese a las inyecciones millonarias que ha recibido en la última década, por lo que necesita cambios estructurales para evitar que siga siendo un barril sin fondo, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Más que dinero necesita profundos cambios en la manera en que toma decisiones, opera e invierte,

afirmó la organización en un comunicado que acompaña a un estudio sobre la petrolera.

El instituto sostuvo que Pemex, que ha recibido 250,000 millones de pesos en la última década, no ha sido capaz de generar los recursos suficientes para financiar su gasto operativo, de inversión y hacer frente al costo financiero de su deuda.

Afirmó además que las obligaciones fiscales de la firma ascienden a 2 billones de pesos, un crecimiento de 113% en términos reales desde finales de 2009 al 30 de junio pasado.

Expuso que la extracción de crudo, el negocio más rentable de la petrolera va en declive desde hace más de 10 años, y que la reciente rebaja de nota y cambio en la perspectiva crediticia por parte de agencias calificadoras evidencian la gravedad de su situación.

Pemex puede convertirse en el emisor corporativo de bonos basura o sin grado de inversión más grande del mundo,

advirtió el IMCO.

Fitch recortó la calificación de Pemex a inicios de junio para ubicarla en BBB- desde BB, y de haber otro recorte, ya sea de Moody’s o Standard & Poor’s, su deuda perdería el grado de inversión.

¿Qué puede ayudar a Pemex?

Pese al escenario adverso, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador puede tomar medidas para darle viabilidad al rescate.

Indicó que el plan de negocios de la empresa dirigida por Octavio Romero emplea supuestos optimistas, no obstante, se desatienden las deficiencias estructurales, por lo que es recomendable poner al frente a directivos con “perfiles profesionales”.

Reformar su gobierno corporativo para que su consejo de administración cuente con perfiles profesionales, independientes y sin conflicto de interés entre quien dicta la política energética y quien la ejecuta,

propone el instituto.

Otra de las acciones sugeridas es la emisión de acciones en mercados bursátiles. Bajo este esquema, el Estado tendría el 33% de Pemex, el sindicato otro 33% y el público inversionista mexicano otro 33%.

El IMCO también  propuso reactivar las asociaciones con privados (farmouts) en la exploración y producción de hidrocarburos con el objetivo de desarrollar proyectos en aguas profundas y en yacimientos no convencionales.

Para obtener mayor rentabilidad, Pemex podría orientar sus inversiones en exploración y extracción de hidrocarburos, consideró la organización.

“Dedicarse a otras actividades (logística y transporte –midstream– y refinación y petroquímica –downstream–) distrae recursos de inversiones más rentables y apremiantes que le permitirían a Pemex incrementar su producción y restituir reservas de hidrocarburos”, aseguró el IMCO.