Pemex: las diferencias clave entre planes de Claudia Sheinbaum y AMLO

Pemex: las diferencias clave entre planes de Claudia Sheinbaum y AMLO

Como parte del plan de rescate, se anunció un respaldo gubernamental por 250,000 millones de pesos, así como una intervención directa de la Secretaría de Hacienda, que a partir de ahora asumirá de forma explícita los compromisos financieros de Pemex durante al menos dos años. 

El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum presentó un plan para fortalecer a Pemex, que si bien mantiene el discurso de soberanía energética, también marca diferencias clave con el enfoque de Andrés Manuel López Obrador en materia de energía.

Durante la presentación de la Estrategia Integral de Capitalización y Financiamiento de Pemex, su director general, Víctor Rodríguez Padilla, subrayó la importancia de aprovechar los yacimientos no convencionales, lo que implica abrir la puerta al uso de fracking, una práctica que la administración anterior había intentado prohibir desde la Constitución.

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Otra de las apuestas relevantes está relacionada con la ampliación de la red de gasoductos de Oaxaca y Tabasco, un tema que generó tensiones durante la administración de López Obrador. En ese periodo, el gobierno sostuvo un controvertido conflicto, que involucró al empresario Carlos Slim, por los términos de siete gasoductos cuyas condiciones fueron calificadas como “leoninas” para el erario. 

El desacuerdo estuvo a punto de escalar a tribunales internacionales, pero finalmente se alcanzó un acuerdo para mantener la construcción y garantizar el suministro de gas natural en el país.

Apuesta por los contratos mixtos

Uno de los puntos más destacados es el impulso a los contratos mixtos: se trabajará bajo un nuevo esquema que contempla 21 proyectos conjuntos entre Pemex y empresas privadas. Esto representa un giro frente al sexenio anterior, cuando se cancelaron las rondas petroleras y se detuvieron las asociaciones estratégicas.


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En este contexto, el interés en aguas profundas, especialmente con el desarrollo del campo Trion en colaboración con la empresa australiana Woodside, así como en el proyecto Zama.

Elevar el grado de inversión de Pemex

En cuanto al financiamiento, la calificadora Fitch Ratings mejoró la nota crediticia de Pemex de ‘B+’ a ‘BB’, un avance que no se veía desde hace 11 años, según indicó la secretaria de Energía, Luz Elena González

Este ajuste fue impulsado por la colocación de 12,000 millones de dólares en notas precapitalizadas (P-Caps), respaldadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) con la expectativa de recuperar el grado de inversión perdido en 2020 en el sexenio de López Obrador.

Intervención de la Secretaría de Hacienda

Como parte del plan de rescate, se anunció un respaldo gubernamental por 250,000 millones de pesos, así como una intervención directa de la Secretaría de Hacienda, que a partir de ahora asumirá de forma explícita los compromisos financieros de Pemex durante al menos dos años.

También se oficializó una reducción en la carga fiscal, estableciendo una tasa del 30% en el llamado “impuesto del bienestar petrolero”, lo que representa un alivio frente a los niveles que superaban el doble en sexenios pasados. Sin embargo, esto también genera presiones sobre las finanzas públicas.

Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el Derecho de Utilidad Compartida (DUC) que paga Pemex se redujo del 65 % al 40 %.

Pemex como empresa energética 

En la misma línea, se propone convertir a Pemex en una empresa energética, un paso que comienza con la creación de una unidad de energías renovables. Aunque la empresa ya es la segunda generadora de electricidad en el país, casi toda la energía que produce se destina al autoconsumo, y aún depende de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para cubrir su demanda total.

Hoy, la petrolera apuesta por la construcción de centrales de cogeneración “para reducir emisiones y costos operativos”.

A principios del año pasado, Andrés Manuel López Obrador reconoció la relevancia de disminuir el uso de combustibles fósiles en México. Sin embargo, subrayó que es imprescindible analizar con detenimiento el tiempo necesario para llevar a cabo la transición hacia energías renovables, con el fin de no sucumbir a expectativas exageradas o poco realistas.

Insistió en la importancia de planificar adecuadamente los plazos de esta transición energética para evitar que el país vuelva a depender del extranjero, lo que podría ocurrir si se abandona de manera prematura la inversión en la extracción de petróleo y en la producción nacional de combustibles. También señaló al gas natural, como una pieza clave de dicha transición.

Petroquímica, producción y proceso

Otra de las apuestas es el impulso a la industria petroquímica, una prioridad expresada desde el inicio del actual sexenio. Aunque en la administración pasada se hicieron anuncios similares, los datos muestran que gran parte de los productos petroquímicos consumidos en México seguían siendo importados. El nuevo plan busca revertir esa tendencia.

La apuesta que se mantiene vigente es aumentar la producción de crudo, cosa que hasta el momento no ha ocurrido, para el 2T25 la producción se ubicó en apenas 1.631 millones de barriles de crudo por día, una disminución de 8.6% comparado con el mismo periodo del año anterior.

En este sentido, el gobierno federal reafirmó su respaldo a Pemex, con la meta de canalizar todo el crudo al mercado nacional a través de productos refinados. No obstante, esta decisión ha generado reservas entre los expertos, pues actualmente la mayor parte de los ingresos de la petrolera proviene de la exportación de crudo.

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